Bien se podría decir que el acusado rompió el pacto de silencio. Buscó la confianza de su ex, a quien le contó que había matado a un hombre y que tenía intenciones de huir hacia Brasil. Fue un grave error para sus pretensiones: esa llamada reveló lo que había sucedido y le permitió a los investigadores dar por esclarecido el asesinato de Luis Alberto?Mieres (28).Tal como PRIMERA?EDICIÓN publicó en exclusiva, el homicidio tuvo lugar en una chacra de Paraje El Verde, cerca de Comandante Andresito, a más de 330 kilómetros de Posadas. En una letrina del lugar, con el cráneo fracturado a golpes de azada, apareció el cuerpo de Mieres, que hace poco más de un año había abandonado su?Puerto Rico natal para dedicarse al trabajo en los yerbales.El viernes 20 de octubre, hace dos semanas, marcó un punto de inflexión en su vida. Mieres se presentó junto a otro joven, de 29 años, y un hombre de 58 para trabajar en la tarefa, en la misma chacra donde el último jueves al mediodía fue encontrado sin vida.El propietario del campo contrató al trío y se marchó. Cuando regresó, unos dos días después, Mieres ya no estaba. Los otros dos trabajadores dijeron simplemente que se había marchado. A la semana el dueño volvió. Ya no había nadie.Pasaron varios días sin mayores novedades, hasta que uno de los involucrados cometió un error gravísimo. Quizás la conciencia le jugó en contra. O tal vez fue un intento de despedida. Lo cierto es que el sospechoso decidió llamar a su expareja y contarle lo que había hecho. “Me mandé una macana”, habría sugerido, tras lo cual le indicó a la mujer que no volvería a verlo, ya que cruzaría el río San Antonio hacia Brasil.No se sabe a ciencia cierta si fue esa mujer quien resolvió llamar a un hermano de la víctima o si esa comunicación provino de su entorno. Lo cierto es que, alertado por el hecho, la familia de Mieres inició una búsqueda que finalizó el jueves al mediodía, con el hallazgo del cadáver.Bajo órdenes del magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Secretaría 2 del doctor Gustavo Recalde, efectivos policiales rescataron el cuerpo de la letrina en la que apareció y lo trasladaron para autopsia.El informe del médico policial constató fractura de cráneo, provocada aparentemente por golpes de azada, herramienta utilizada para desmalezar los cultivos. Por esa razón, en la escena se incautaron dos azadas.Aquella pesquisa permitió identificar a los sospechosos, quienes fueron apresados antes de intentar escapar al Brasil. Los dos se ocultaban en San Antonio, a 65 kilómetros de Comandante Andresito, donde finalmente fueron detenidos, a escasos metros de suelo brasilero.





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