H oy quiero compartir con ustedes la historia de Dekha Ibrahim, que reseña John Paul Lederach, en su libro “La imaginación moral”.Dekha Ibrahim, vivía en el distrito de Wajir, en la frontera entre Kenia y Somalia durante la guerra entre subclanes somalíes que se extendió a gran parte de Kenia. Relata cómo, durante una crisis pudo discernir su misión en la vida:"Regresando a su casa luego del casamiento de una amiga, se topó con dos clanes en pleno combate armado. Logró tomar upa a su hija, muy pequeñita en el aquél entonces, corrió como pudo hasta su casa, resguardándose debajo de su cama, donde pasó la noche, con bombas y balas pasando por encima de su cabeza. En ese momento, vino a su mente un recuerdo puntual: ella, de pequeña, en los brazos de su mamá bajo la misma cama, pasando la misma experiencia. Fue entonces que se dijo: "Esto tiene que parar”.Desde esa noche comenzó a organizar reuniones con otras mujeres en un espacio de reflexión profunda e información compartida. A partir de allí pusieron en marcha una serie de acciones que durarían hasta hoy y que comenzaron con algo muy puntual: si bien sabían que no podían parar la guerra en sí, desde el poder del amor decidieron asegurar el mercado donde ellas vendían y compraban sus alimentos. Formaron una "cuadrilla de vigilancia de mujeres del mercado", que permitía que cualquier persona, no importaba de dónde viniera, ni a qué clan perteneciera, podía llegar sin miedo para comerciar. A partir de estos encuentros formaron grupos, incluyendo ancianos, religiosos, jóvenes, policías, parlamentarios y hombres de negocios. Cada uno con iniciativas distintas plasmaron el desarme más importante -aunque no oficial- con la fuerza de la comunidad. Lograron durante años detener las peleas armadas en la zona, previniendo la guerra civil en Kenia.A través de distintos procesos colaborativos dieron origen al movimiento “Paz y Desarrollo”, que continúa actualmente."Ante cualquier situación cotidiana, debemos ser conscientes que lo que sea que nos ocurre, esta frente a nosotros para que hagamos una elección. Dekha eligió desde el amor. Cuando hacemos algo guiados por este sentimiento, no nos pesa, sale directamente de nuestro corazón y la sabiduría universal guía nuestros pasos. El amor tiene un poder que nos permitirá lograr más y mejores cosas que si tratamos de imponernos desde la fuerza. El amor nos permite integrar, esperar, entender, respetar y comprender para transformar.Este cambio de conciencia es imprescindible si queremos construir una sociedad más libre y saludable emocionalmente, hagámoslo desde el convencimiento de dejar un mundo mejor para nuestros hijos.Celebremos hoy por tantas mujeres que, como Dekha, trabajan para el bien desde la humildad en la que se esconde la semilla de un mundo nuevo.Hagamos alquimia de la sociedad desde el amor de madres. ¡Feliz día!ColaboraValeria [email protected] 3764510132





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