Ozzy es un beagle que lleva una vida feliz junto a su familia, un joven matrimonio de artistas que se dedica a hacer cómics. Pero es la pequeña hija con quien el perro pasa los mejores momentos. Por esas cosas de la vida, la familia debe viajar a Japón durante un mes y no sabrá qué hacer con el peludo porque para acompañarlos tendría que pasar antes un período en cuarentena. Finalmente, la solución será dejar a Ozzy en un hotel-spa para perros, con todos los servicios que un hotel para humanos podría tener. Los problemas para él comienzan cuando descubre que el hotel no es más que la facha para cubrir lo que en realidad es una cárcel, en donde todos los perros que ahí caen son hechos prisioneros y obligados a trabajar. Conocerá a un perro salchicha con anteojos de fondo de botella, su compañero de celda, con quien planeará el gran escape de la prisión, al ritmo de una banda sonora con clarines y flautas, que recuerdan la música de El gran escape (1963).Una “peli” para que los niños se diviertan, los grandes dejen a un lado las corridas de la semana y la familia se predisponga al “finde” de la mejor manera, junta.





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