A pocos días de llegar a la capital misionera para presentar su nuevo disco, “On the good road”, el mentor de Dancing Mood, Hugo Lobo, compartió con PRIMERA EDICIÓN un panorama del presente de la banda y los proyectos personales a los que estar afianzado profesionalmente puede dar rienda suelta.Es que a 18 años de haber formado la banda, entiende que su paso por la tierra colorada los encuentra en el mejor momento, “con madurez musical y en el estilo que venimos haciendo” y esto se refleja en la garra que la banda pone en cada presentación, ya sea en el multitudinario “Vive Latino”, en México, o el Taragüí Rock, en la vecina provincia, en pocos días, con idea de que cada “oportunidad de mostrar lo que a uno le gusta y hace es un placer y un agradecimiento, sea para mucha o poca gente, la sensación y esencia es la misma siempre”.Y con esta premisa llega a Misiones, “un lugar maravilloso, al que hace mucho tiempo teníamos ganas de volver, así que estamos con muchísimas expectativas por tocar allá”, aseguró Lobo, cuya combinación de reggae y ska con las armonías y el humor del jazz de los años 40 o 50 en una big band liderada por vientos goza de una gran base de fans en potencias mundiales del género, como México e Inglaterra, y que con la humildad que lo caracteriza entiende que ganaron “un respeto por hacer algo diferente y jugado, sin esperar resultados o fórmulas para el éxito, incluso también de parte de los creadores del género, y eso es un placer y una emoción enorme”.Actitud que se refleja también en su movida solista, del que confiesa que “no tiene demasiando que ver con Dancing Mood, de hecho el repertorio es totalmente diferente. Hace muchos años que vengo viendo la cantidad de músicos con talento que hay en todo el país, pero lamentablemente todavía la gente no le presta demasiada atención a lo que pasa afuera de Buenos Aires, es muy injusto; por eso mi proyecto trata de federalizar más la movida. He visto muchos colegas dejar trabajos, familia… para venir a Buenos Aires a ‘probar suerte’ y terminan dándose la cabeza contra la pared y muchas veces hasta frustrándose y abandonando la música, creo que eso tiene que terminar, que como pasa en otros países, las bandas son respetadas por ser de su lugar”.“En esta etapa de mi vida estoy para devolver, valorar, compartir y aprender de otros colegas; devolver la suerte que uno tuvo y darle la mano al que está al lado y que quizá no la tuvo”, finalizó.





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