Se trata del primer paso de un largo proceso, y no significa que se van a parar las operaciones habituales de mantenimiento en la necrópolis capitalina, que consiste en la retirada de los restos previamente inhumados en ese lugar. Familiares que no tienen al día las tasas deberán seguir pasando a osario y después a fosa común los restos de sus seres queridos. Los demás depositándolos en los nichos urna que dispuso la comuna en ese lugar.“La voluntad del intendente, que lo comunicó vía twitter, no es otra cosa que iniciar los mecanismos necesarios, licitaciones y la posibilidad de adquirir el nuevo predio, una decisión política que ya había expresado al inicio de la gestión”, respondió el secretario de Gobierno, Fabián Florentín acerca de las expresiones del jefe comunal.“Todas las grandes ciudades necesitan regular qué hacer con sus fallecidos. No hay ningún cementerio en el país o el mundo que no tenga una regulación como la que tiene la nuestra. No podemos desconocer ni hacer caso a medias a las ordenanzas. Se cumplen o no. La que está vigente no es desalmada. Ahora, lo que estamos discutiendo es, ¿qué pasa si se impulsa una normativa de “descanso eterno?. Si lo hacemos en cinco años, o menos, vamos a saturar el que está en vías de construirse”, puntualizó. En ese sentido, tanto para Florentín como para el director de Entes Descentralizados del Ejecutivo Municipal, Alberto Penayo, también consultado al respecto, “emplazar otra necrópolis no es una medida que ponga fin a las exhumaciones”. Indicó Penayo: “Si mañana suspendemos los traslados vamos a tener que explicar a la otra parte de la ciudad porqué no van a poder poner sus muertos ahí adentro y ahí sí que se va a armar un desastre. Lo veo como una perspectiva hacia adelante, porque la ordenanza sigue estando y la vamos a cumplir. La realidad es que con un promedio de 2.500 inhumaciones anuales hacemos las cuentas y en cinco años deberíamos cerrar el cementerio que se va a crear”. “Traslados hubo siempre. ¿Cómo estaría el cementerio sino?”, se preguntó.Se explayó el funcionario al frente de La Piedad: “No se puede valorar solamente una parte de la historia y los responsables históricos son los concejales de tomar una decisión. Si se deciden por desactivar los traslados por ‘descanso eterno’, cada seis años el municipio va a tener que comprar un cementerio del tamaño de La piedad y en 50 años vamos ser la única ciudad en el mundo que va a estar rodeada por cementerios”. ExhumacionesLa norma 118 fue instaurada en 1982, se aplica a las sepulturas en tierra para generar más espacios en un terreno de 16 hectáreas colapsado. Pasados 60 meses del sepelio, se retiran los restos de las sepulturas en tierra y se colocan en urnas o, como se dijo más arriba, van a fosa común. Se hace con presencia de familiares. El procedimiento se aplica desde 1982 Esta medida provocó, en la semana, el rechazo de un grupo de vecinos, que se niegan a realizar el procedimiento .





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