En numerosas oportunidades las mujeres que toman una consulta de Biodescodificación tienen el deseo (y la imposibilidad) de ser madres. Más allá de la singularidad de cada caso (cada persona es un universo infinito de posibilidades) existen algunas reglas generales que nos conducen hacia un bloqueo emocional que repercute en nuestra fertilidad. Primero recordemos que todo síntoma está en nuestras vidas garantizando nuestra supervivencia ya que representa una ganancia vital. Esto tiene que ver con la percepción que vamos a tener de las circunstancias. El embarazo en muchos casos de dificultad para concebir es percibido como peligroso. La idea del embarazo puede ser experimentado consciente o inconscientemente con miedo debido a una percepción de peligro que casi siempre es fantaseada. Esta percepción puede tener que ver con nuestro presente; inestabilidad laboral, económica, problemas con la pareja, problemas de salud, dudas, etc. Cuando estos asuntos se anteponen inconscientemente al deseo de ser madre se puede producir un síntoma que nos evite el embarazo y así nos mantenga protegidos del peligro que esto implica en el presente inestable. La situación económica, profesional o académica y aún más la afectiva condiciona nuestra predisposición a la maternidad. Es importante sentirnos seguros y capaces de poder sacar adelante la vida de un niño en nuestras circunstancias actuales. A veces percibir el embarazo peligroso tiene qué ver con memorias que han sido transmitidas de generación en generación dentro del árbol familiar. En este caso tienen preponderancia las experiencias de nuestras bis abuelas; si han tenido una familia numerosa, si han perdido hijos siendo aún bebés o niños, o más tarde en la guerra o por enfermedades, si han contado con el apoyo de sus parejas, si han tenido que resignar un proyecto personal, si tenían el deseo de ser madres, si hubiera abortos, si han muerto bebés en el parto o si ellas han fallecido dando a luz son historias que generan bloqueos en la tercer generación cuando se transmiten dentro del clan. No menos importante es la historia de nuestras abuelas como madres pero aún más importante cómo han vivido sus relaciones de pareja ya que estas memorias condicionan nuestra manera de percibir al padre de nuestros hijos. Otros factores que influyen en nuestra fertilidad son las memorias intrauterinas con las que venimos, es decir la manera en la que nuestra madre ha vivido nuestra concepción y embarazo. Si este ha sido un embarazo riesgoso, si ella lo ha vivido con tristeza o ilusión, con reposo, en soledad, con miedos, incluso si nuestro nacimiento fue por demás traumático o complicado, si casi nos costó la vida o la vida a nuestra madre heredaremos una tendencia biológica a preservar nuestra integridad física evitándonos un embarazo (que podría poner en riesgo nuestra vida o la de nuestros hijos).Sin embargo no existen factores determinantes que impidan estrictamente ser madre. Cuando tomamos consciencia de que nuestros miedos muchas veces no son nuestros y que nuestra percepción no siempre es la mejor comenzamos a trascender nuestras limitaciones y los síntomas ceden. Es importante recordar que detrás de todo lo creado existe la mano misericordiosa de Dios, y que con responsabilidad y fe el milagro de la vida es posible.Por eso les dejo un ejercicio divino que hasta ahora ha dado increíbles resultados en mis pacientes con problemas de fertilidad. Si deseas ser madre imagina durante tus quehaceres cotidianos que tu futuro bebé va contigo, y háblale. Cuéntale a ese niño todo el amor que estás dispuesta a darle, las cosas que harán juntos, todo lo que le enseñarás y mostraras. En el plano inmaterial existe un alma esperando encarnar en un vientre sano, libre de miedos y traumas, que sea capaz de nutrirlo con infinito amor. Por eso, háblale a tu futuro hijo cada vez que sientas convenciéndolo de que tu vientre es ese lugar que el está esperando. Y sana. Sana con amor la herida de todo tu linaje. ColaboraPatricia Méndez Biodescodificación y PNLWhatsApp 3764670592





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