Nacida y criada en la tierra roja, precisamente en la ciudad de Jardín América, a los 18 años se mudó a territorio porteño en busca de un futuro para su vida. Trabajó intensamente para pagarse sus estudios y cumplir su sueño: ser diseñadora de indumentaria. Hoy, Lorena Horeyco, se ha convertido en una de las diseñadoras más cotizadas en el ambiente de la moda, y con Luisana Lopilato como su principal modelo, conquista el internacional mundo de las alfombras rojas. En charla con PRIMERA EDICIÓN, la creadora de trajes lujosos para famosos internacionales cuenta cómo fue el proceso de dejar su suelo natal, darse cuenta de su vocación, pelear por un sueño y ser reconocida a nivel mundial por sus creaciones. Además, confiesa dónde se formó y lo que debe tener un buen diseñador. ¿Qué te representa tu tierra? Nací en Jardín América. Viví allí hasta los 18 años. Para mí, mi tierra representa el lugar donde me crié, donde siempre fui y soy muy feliz. Todos los años vuelvo, mis padres viven todavía en Jardín y tengo muchos familiares y amigos. Soy misionera y la casa de mi infancia, en Jardín América, sigue siendo mi cable a tierra.¿A qué edad decidiste estudiar diseño y dónde lo hiciste?No fue una decisión de un día para el otro aunque sí, siempre, me interesaba mucho. Realmente no estaba muy interiorizada en sí con la carrera, ya que en ese entonces no había tanta información al respecto. Apenas terminé el colegio, me vine a Buenos Aires y empecé la facultad para estudiar Arquitectura. Sin embargo, siempre estuve en contacto con estudiantes de diseño de indumentaria… y ahí fue que tomé la decisión, al año siguiente, de cambiarme de carrera.Estudié en diferentes lugares, distintas carreras y cursos -hasta el día de hoy sigo actualizándome-por ejemplo en la “Escuela Argentina de Moda”, “Saint Martins Schools Of London”, “Escuela de Diseño de Roberto Piazza” y “Espacio Buenos Aires”, entre otras instituciones. Pero mi verdadera escuela fue el trabajo y mi gran maestro Manfred Vogel, el diseñador en Jefe de Sylvie Burstin (la Maison Nina Ricci Argentina), con quien trabajé más de 5 años. Manfred nació en Austria y trabajo para Nina Ricci en Tokio, México DF y Río de Janeiro, antes de estar a cargo de la Casa de Buenos Aires. Él es mi maestro y aún hoy, que ambos no trabajamos más allí, lo sigo consultando (vía Skype o mail) cuando me surgen dudas.¿Cómo fueron tus primeros pasos en el mundo de la moda? Según vos, ¿qué cosa te permitió llegar donde llegaste?Al principio fue duro, yo no tenía la posibilidad de dedicarme exclusivamente a mis estudios, así que tenía que trabajar para poder hacerlo. Tuve que trabajar mucho. Recuerdo tener que llevarme libros al trabajo y en los pocos huecos que tenía, estudiar. Dormía muy poco, porque ese tiempo lo necesitaba para estudiar y capacitarme. Creo que ese mismo aguante es el que hoy me sirve para estar horas y horas de madrugada, trabajando en alguna entrega urgente de vestidos para mis clientas. Y con respecto a “lo que me permitió llegar”, fue sobre todo, nunca rendirme, muchas veces estuve a punto de hacerlo. También, las ganas de superación y el ser obstinada. Nunca me hubiese imaginado, menos que menos cuando arranqué con este sueño saliendo de Jardín a Buenos Aires, que mis diseños serían tapa de revista y que se hablaría de ellos en la prensa mundial.¿Cuáles fueron los desafíos que más te marcaron en la vida como diseñadora?Creo que mi mayor desafío fue tomar la decisión de empezar a trabajar por mi cuenta y con mi nombre. Más aún, después de trabajar en Sylvie Burtin, donde tenía el paraguas de una empresa de prestigio y años de trayectoria, y con muchas clientes, donde ya entendía el trabajo y me gustaba lo que hacía. Pero, sentí que había llegado a un punto donde no podía seguir creciendo.Recuerdo mucha gente cercana diciéndome: “Por qué” me iba a arriesgar, si donde estaba tenía todo. Sin embargo, me animé y empecé a crear mi propio proyecto, desde cero, sin clientes ni un nombre reconocido, pero siempre confié en mi trabajo y en mí misma. Bueno, sin dudas, siempre fue mi vocación incluso desde muy chica.¿Cuál es el secreto para ser una buena diseñadora?Un diseñador es un creador y un creador para hacer bien su trabajo tiene que ser uno mismo. Es lo más importante.¿Te sentís dentro del mercado internacional?Claro que me siento dentro del mercado internacional. Pero, siento que todo esto aún comienza y debo seguir trabajando para seguir aprendiendo, mejorando y creciendo. ¿Cómo conociste a Luisana Lopilato y pasaste a ser una de sus prioridades al momento de elegir un vestido?La conocí por medio de su asesor personal, Bernie Catoira, a quien invité a uno de los ShowRooms, que realicé en Buenos Aires. Le gustó mi trabajo y me propuso hacer un vestido para Luisana… creo que al día de hoy seguimos trabajando juntos porque se sienten cómodos conmigo, al igual yo con ellos.¿Si tuvieras que aconsejar a alguien sobre tu carrera, ¿qué le dirías?Soñar, querer, crecer y aprender día a día. Sobre todo, mucha perseverancia, porque es mucho trabajo y sinsabores y, muchas veces, se quiere dejar todo (millones de veces estuve a punto de rendirme); pero el premio a tanto esfuerzo siempre llega. Trabajo duro y mucha pasión.PorSusana Rö[email protected]





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