(Nota completa publicada por PRIMERA EDICIÓN el 7 de agosto de 2012)El cuerpo apareció a unos 500 metros del puerto de Santa Ana. Estaba semidesnudo, tendido boca abajo, a unos cuatro metros de la cinta asfáltica de la avenida San Martín. Una docente, que al parecer se dirigía hacia la escuela donde trabaja, en el centro de Santa Ana, lo vio desde su coche.Eran alrededor de las 7.20 de ayer cuando la mujer aceleró rumbo a la comisaría de Santa Ana, donde denunció el hallazgo. Con posterioridad se confirmó que el cadáver pertenecía a Miriam Celeste Valiente, de trece años. Estaba semidesnuda y con el cabello empapado de sangre. Al parecer, la agredieron con una roca provocándole un traumatismo mortal en la región craneana. El golpe habría sido por la espalda.La principal hipótesis indica que habría ocurrido cuando ella intentó huir del agresor, pero la alcanzó y partió la cabeza con una piedra de grandes proporciones.“El cadáver estaba semidesnudo y las prendas de vestir más íntimas aparecieron a unos sesenta metros. Este dato pareciera sustentar la hipótesis de que la víctima intentó escapar”, indicó ayer uno de los investigadores asignados al caso.El departamento Prensa de Jefatura informó que la joven fue vista con vida por última vez el domingo, alrededor de las 19, cuando llegó a un comercio cercano al puerto de Santa Ana para efectuar una compra.Los investigadores trataban ayer de reconstruir los últimos minutos de vida de la víctima, qué sucedió con ella a partir del momento en qué se retiró del negocio.Miriam Celeste vivía en el lote 32 de Santa Ana, a unos doscientos metros del lugar donde la encontraron sin vida.Tenía cinco hermanos -de entre cuatro meses y doce años- y vivían con su madre, en el seno de una familia muy humilde que incluso contaba con ayuda municipal enmateria de alimentos y otras mercaderías.Los primeros datos de la investigación indicaron que la chica contaba con plena libertad para moverse de un lado a otro. Incluso solía viajar seguido a San Ignacio donde, al parecer, tenía parientes.Tenía trece años y cursaba cuarto grado en la Escuela 107, distante a unos trescientos metros del escenario donde encontraron el cadáver. Miriam Celeste era delgada y más bien baja. En un principio, y a simple vista, no presentaba otras lesiones más que el terrible traumatismo en el cuero cabelludo. Las periciasLos especialistas de la Policía Científica trabajaron sobre el cuerpo en busca de algún rastro del asesino. En este sentido, trascendió que la muchacha no tenía marcas de defensa, como debajo de las uñas, por ejemplo.En el escenario del hecho se hizo presente el juez de Instrucción 3 de Posadas, Fernando Luis Verón, junto al titular de la Secretaría de Apoyo de Investigación de Delitos Complejos (Saic) Fernando Castelli.Personal de la Dirección Criminalística secuestró una roca con manchas que podrían ser de sangre y las prendas de vestir de la víctima.Todos estos elementos serán sometidos a pericias para determinar si son del mismo grupo y factor que Miriam Celeste. Conmoción es el calificativo ideal para describir el clima vivido ayer en Santa Ana ni bien trascendió la noticia del hallazgo del cuerpo de esta niña de trece años. Incluso, algunos investigadores no terminaban de superar la consternación por el deceso de una inocente. Como suele ocurrir en este tipo de episodios, al menos en las primeras horas de investigación, nadie pareció ver ni escuchar nada.Se labran actuaciones con intervención de la comisaría de Santa Ana, dependiente de la Unidad Regional X.La causa, en un principio, fue calificada como homicidio, con conocimiento del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas.Justamente, el titular de ese cuerpo, Fernando Luis Verón, dispuso que el cuerpo de la víctima fuera trasladado a la morgue judicial de la capital provincial para la realización de la correspondiente autopsia.(Nota completa publicada el 8 de agosto de 2012)La Justicia imputó ayer a un tío y a un vecino de Miriam Celeste Valiente por la violación y homicidio de esta niña de doce años, cuyo cuerpo fue encontrado el lunes, a las 7.20, a un costado de la avenida San Martín, que conduce al puerto de Santa Ana.Una pericia científica selló la suerte del pariente de la joven, un muchacho de 18 años que hacía poco se mudó a la casa de su hermana. Los peritos hallaron cabello en las manos de la víctima y lo compararon con los de su tío. El cotejo morfológico estableció una asombrosa similitud. Con esto, el juez consideró que había indicios suficientemente sólidos para ordenar su arresto.Ahora, esa prueba deberá ser respaldada por un ADN para establecer, en forma indubitable, si este muchacho, oriundo de la localidad paraguaya de Nueva Alborada, tuvo o no participación en el aberrante episodio.El otro sospechoso es un olero de 45 años, vecino de la víctima y allegado a su familia. Ambos fueron vistos en inmediaciones de la escena del crimen el domingo por la noche.Fuentes que pidieron reserva de identidad indicaron que el olero mandó al frente al otro sospechoso, quien le habría dicho “me mandé una cagada, maté a una”.Entretanto, el resultado de la autopsia, realizada el lunes al mediodía en la Morgue Judicial de Posadas, impuso la teoría de que los responsables fueron dos o más personas.Al parecer, la víctima presentaba marcas de sujeción en las muñecas y tobillos.Para la Justicia está probado que la menor no consintió el acto sexual y que en determinado momento logró escapar, pero la alcanzaron y mataron en forma bestial. La necropsia detecto la presencia de cuatro golpes letales en la región craneana.En otro orden de cosas, trascendió que la Justicia ordenará que el tío de la muchacha sea sometido a una pericia psicológica, porque sus acciones no son del todo normales.Es más, se debió recurrir a un traductor porque en determinados momentos hablaba en castellano y en otros en guaraní.





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