“Robo calificado por el uso de arma de fuego y abuso sexual con acceso carnal calificado por la participación de dos o más personas”, es el delito por el que ambos finalmente recibieron la prisión preventiva, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN. Mientras tanto, los otros cinco apresados que tenía la causa recibieron la falta de mérito y recuperaron la libertad, aunque siguen bajo la lupa de los investigadores.La resolución fue adoptada por el magistrado Horacio Heriberto Alarcón, titular del Juzgado de?Instrucción 2 de Oberá, quien consideró suficientes los elementos de prueba recolectados hasta el momento en contra de los imputados.El hombre de 55, quien cuenta con antecedentes penales, y su hijo fueron casualmente los últimos en ser apresados en el marco de la investigación realizada por efectivos de la Unidad Regional XI de Aristóbulo del Valle y la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial.Ambos cayeron el viernes 5 de mayo, el padre en el barrio Norte de Oberá y el joven en Soria y 122 de Posadas, después de que se descubriera que en la última de esas ubicaciones, en un inquilinato, se encontraba uno de los teléfonos celulares sustraídos a las víctimas. En poder de los apresados también fueron halladas dos armas de fuego robadas en la chacra de Campo Grande.La causa sumó entonces siete detenidos. No obstante, la prueba de ADN determinó que los rastros recolectados en la víctima del abuso corresponden al patrón genético de padre e hijo. Resta por determinarse ahora quién fue el autor de la violación.Así las cosas, la Justicia pareció cerrar el rompecabezas en el que se había transformado la causa. Al decir de la mujer, un malviviente la accedió y otros dos participaron del hecho. La sospecha es que padre e hijo estuvieron allí, y uno de ellos sometió sexualmente a la víctima. Restaría un tercer involucrado, aún prófugo. Terror en la Zona CentroLa pesadilla se desató el domingo 9 de abril a las 21.20, cuando tres encapuchados irrumpieron en la vivienda de una mujer de 73 años y su hija, de 52, en picada San Luis, a cinco kilómetros de Campo Grande. Armados con garrotes, mangueras y varillas agredieron salvajemente a las víctimas. Seguidamente las maniataron con los cables de una plancha. Antes de escapar con 60 mil pesos, tres armas de fuego y la camioneta de las damnificadas, que apareció luego quemada, uno de los malvivientes violó a la hija frente a la madre.





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