El insólito episodio se registró el último domingo, cuando la denunciante de 24 años descendió del colectivo sin percatarse de que había dejado sus pertenencias en uno de los asientos.No faltó entonces la solidaridad de la gente. El resto de los pasajeros se percató del olvido y entregó el bolso al colectivero, suponiendo que el mismo lo custodiaría y/o entregaría al sector de “objetos perdidos”?de la empresa de transportes.Sin embargo, eso no sucedió. Hecha la denuncia, los testigos insistieron con que habían entregado el bolso al colectivero. No obstante, a la hora de ser entrevistado, el chofer negó haberlo recibido.Todo se resolvió, allanamiento mediante, en la vivienda del conductor. Allí fue encontrado el bolso y otros efectos de la denunciante, mientras que las documentaciones aparecieron en un terreno baldío de Villa Lindstrom.El colectivero deberá explicarle ahora a la Justicia -y también a sus jefes- el porqué de su accionar delictivo.





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