"Notamos una baja en el consumo de productos vacunos, las ventas cayeron casi el cuarenta por ciento. Atendemos en horario corrido para mantener el personal, pero está muy difícil, por semana bajamos poco más de la mitad de lo que vendíamos. Tenemos nuestros clientes, pero cada vez llevan menor cantidad, y cuando eligen buscan buenos precios de asado", expresó Mauro, el propietario de un autoservicio en Oberá.En este sentido explicó que “la carne es uno de los productos fuertes” en los comercios, en consecuencia, si no se vende, “se complica todo”. “Es habitual que en esta época bajen las ventas en verdulería, más ahora si viene el frío. Los lácteos también suelen disminuir y los panificados hasta ahora se mantienen”, afirmó.En este sentido, un vecino consultado detalló que para economizar, primero empezaron por “reducir algunos elementos que no son de vital necesidad”, pero finalmente se vieron obligados a optar por “cortes de carnes más económicos”.Cierres y despidosLa situación es aún más crítica en el caso de los pequeños supermercados, que debieron cerrar sus puertas o convertirse en empresas familiares para reducir costos. “Yo tenía una persona para atender el supermercado y un carnicero, pero se hizo insostenible. Ahora atiendo yo y compro la carne cortada, así también podemos turnarnos en la familia para vender”, señaló la dueña de una despensa del barrio Norte.Por otra parte, desde los grandes supermercados, que en apariencia tienen el movimiento habitual, señalan que la gran masa de clientes acude en fechas particulares, como las de cobro de haberes. “Las marcas de segunda o más económicas son las de mayor salida”, reconoció una trabajadora.En consonancia, el propietario de uno de los principales comercios en Oberá, que abastece principalmente a las colonias linderas, detalló que las ventas se resintieron en el rubro de “productos de limpieza, higiene personal y vinos”.“El poder adquisitivo de la gente está bajo, todo sube y la plata no alcanza. Por ejemplo, con un determinado monto, antes llevabas un kilo de carne y ahora, con el mismo monto, alcanza apenas para medio kilo y así pasa en todos los rubros”, afirmó. En este contexto, reconoció que “debieron disminuir la cantidad de empleados. Si bien no fue mucho, sí disminuyó un poco la cantidad de trabajadores”, aclaró.El presidente de la Cámara Regional de Industria Producción y Comercio (Cripco), Fabián Jamasmeie, explicó que para analizar el impacto de la crisis en las ventas, impulsan la realización de un estudio de la economía en Oberá. “El proyecto es realizar el estudio y hacerlo público”, remarcó Jamasmeie.




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