En puerto Esperanza, hace varios años tuve la oportunidad de conocer a la que en ese momento era la directora de cultura, Marta Aquino. Después de un par de años, compartimos una jornada de pintura, donde conocí a toda su familia. Pía Ferreira, una de sus hijas, también pintó en esa oportunidad. Ha pasado un año más, y esta vez, Mora (seis años) y Pauli (cinco años), hijas de Pía, se sumaron a la jornada de pintura.Cada una de ellas merece una mención especial en estas páginas, que compartimos todos los domingos. Pero sin embargo, no todos los días una tiene el placer de ver como tres generaciones, en este caso todas mujeres, comparten una pasión.Para la abuela y la madre de las niñas fue la segunda experiencia pintando. Marta optó por hacer un cuadro con sus nietas aplicando la técnica de intervención de fotografía y espatulados. Pía busco un diseño muy original y trabajó en relieve las plumas del primer plano. Ambas usaron colores muy vibrantes.Las niñas eligieron pintar gatitos, cada una un estilo diferente. Diseños que ellas mismas han seleccionado. Desde el momento que llegaron, asumieron la clase con compromiso y responsabilidad, incluso exigiéndose a ellas mismas en los detalles o en la firma cuando el pulso de sus manitos les jugaba una mala pasada. Tenaces, insistieron hasta lograrlo.Yo viajé hasta el norte de la provincia, para vivir una de las experiencias más lindas, ver tres generaciones juntas, abuela madre e hijas pintando. Y lo mejor de todo fue recibir el cariño de cada una de ellas.Sin dudas cuando uno hace lo que ama, el cansancio es satisfactorio, porque el alma vuelve cargada. ColaboraClaudia Olefnik. Artista plástica. Responsable del Taller Monarcas. En Facebook. 0376-4720701





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