E n una visión de él me dice: DECÁLOGO DE PAZ, entendí que era el título de diez enseñanzas y ellas son: 1) Mantener la calma ante cualquier circunstancia. 2) Ser indulgente con el enemigo. 3) No murmurar ni hacer caso de la maledicencia. 4) Dar la paz y transmitir la paz. 5) Bendecir siempre y en todo lugar. 6) Agradecer siempre y ser agradecido por todo. 7) Amar, amar y amar. 8) Ser, dejar libre al Ser que habita en ti. 9) Hacer brillar la luz que no tiene fin. 10) Comprende y sé tú misma. Actúa desde la intuición. Así es que iremos desarrollando las premisas en este espacio. 1) La calma es una serenidad de espíritu y a la vez es un poder. Piénsalo como el gran "poder" que es, ya que es el poder sobre ti mismo. Nada ni nadie tiene el poder de quitártela. Sólo tu la entregas si te haces presa de la ira, el miedo, los celos o cualquier sentimiento negativo con el cual debes luchar para erradicarlo. Si a nada ni a nadie entregas el poder de quitarte la calma, entonces y solo entonces, te conviertes en amo y señor de ti, dueño de tus actos y tus palabras, siendo tu Ser divino el que piensa, para que ellos te pertenezcan y no la vana personalidad que se enseñorea en los arrebatos, dejando que la cólera golpee sin miramientos, o que el miedo te paralice, o que la pena te anule, o el rencor te arrastre al fango. El calmo se denota en los momentos de peligro o cuando la histeria colectiva lleva a las masas a lanzarse al abismo. Allí sólo el calmo puede mantenerse como peñón donde asirse. Por esto, "aspira" (recuerden lo que aspirar significa: pedir y practicar) a esta forma de ser, a esa tranquila armonía. Practica pacientemente, observa tu reacción en las pruebas, mide tus fuerzas en las caídas, controla cada uno de tus sentidos, sopesando los sentimientos que surjan en cada circunstancia; estúdiate hasta conocerte y saber al dedillo lo que te molesta, porque en eso que perturba tu calma, se ensañarán las lecciones que aprender tendrás. Viene a mi mente en este momento lo que en el templo de Delfos, como en tantos otros antiguos lugares sagrados nos han legado y lo que hace miles de años grabado está: “Conócete a ti mismo”; porque pienso que es esta una detallada forma de cómo aprender a conocer nuestra esencia, para de esta manera, poder depurarla hasta hacer surgir el Ser divino que todos llevamos dentro, o que todos Somos. No todas las circunstancias diarias son fáciles de observar con calma y pareciera como que se repiten las mismas situaciones en eso que tenemos que superar interiormente, o con las personas que nos resultan difíciles, y que en definitiva son grandes maestros de nuestras circunstancias, y así deberíamos verlos, por dos motivos: primero porque nos hacen trabajar con algún aspecto de nuestra personalidad, y es por esto que se reiteran las situaciones hasta que aprendamos de ellas, y segundo porque al considerarlos como nuestros maestros, evitamos que susciten en nosotros sentimientos adversos hacia ellos que luego tendríamos que trabajarlos. A ellos los redime y en nosotros no permitimos entrar sentimientos bajos. Fue en una de estas ocasiones reiteradas para mí, en que recibí esta instrucción: “inamovilidad… ante la necedad, silencio que espera”.La inamovilidad es de mente y cuerpo y se forma como una coraza que impide el paso de la energía negativa del otro o de la situación; también podrían agregar el cruzarse de brazos y piernas para reforzar esa coraza y mentalmente decir: “sello mi mente y mi corazón al mal”.Ahora, “el silencio que espera”, no es aquel del que mira con desdén o desgano, sino el del que ve con calma los acontecimientos, o mira con benevolencia los actores de la vida, cuando éstos, en vez de disfrutarla como un juego que es, la vuelven un drama difícil de llevar. Espero, mis queridos lectores, haber contribuido con estos pequeños trucos, a hacer su vida, no sólo más llevadera, sino a ayudarlos a que en esa danza de emociones puedan ir introduciéndose en su propio conocimiento hasta llegar a descubrir esa maravilla que son, esos Seres (con mayúsculas) divinos que son. Hasta la próxima mis amados Seres.Oración al Ser nacienteLindo es ver el día de lluviatransformarse en Sol brillante,pero más lindo es ver el almaque despunta cual el albacon sus rayos rasgandola noche de la ignorancia. ColaboraGraciela del CarmenZaimakis de AbrahamEscritora




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