Es bueno saber a qué hacemos referencia cuando hablamos de juicios y prejuicios, y diferenciarlos para no confundir y desde su conocimiento relacionarnos de una mejor manera con ellos.Los juicios son opiniones o ideas que tenemos sobre algo o alguien al verlos, requiere de un conocimiento o relación con lo que se enjuicia, y estas opiniones o ideas les surgen de quien las emite por lo tanto le corresponden solamente a dicha persona, no son generales a todos.Los prejuicios son los juicios que hacemos de algo o alguien que no conocemos, no relaciones o no vemos aun, hacemos una observación previa de lo que creemos que puede ser.En los dos casos pueden ser validas o invalidas según quien las emita y el poder que tenga para emitirlas, puesto que para algunos un juicio emitido por cierta persona puede tener valor e importancia (como los juicios de los padres hacia los hijos) y en otros casos carecer de importancia (como el juicio de un extraño sobre nuestra forma de vestir).El problema surge cuando “compramos” todos los juicios que nos dan, y tomamos como valedero todas las opiniones perdiendo nuestra identidad y la capacidad para decidir que somos y que no, o que es real de lo que se expresa de un hecho o cosa. Y muchas veces estos juicios que nos dan no suman a nuestro ser y nos desequilibran generando angustias y malestar tanto a nivel personal como social.Saber reconocer que los juicios y prejuicios pertenecen a quienes las emiten también nos ayuda a entender que cada persona tiene sus propias formas de observar y ver las cosas por lo tanto este es el motivo por el cual diferimos con los demás en más de una ocasión, saber respetar los puntos de vista diferentes de los demás es fundamental para la buena convivencia y el buen relacionamiento, además evita el querer imponer ideas en los demás.Los juicios también nos ayudan a ver en nosotros mismos como nos vemos y observamos, que es lo que creemos de nosotros y así ir modificando lo que no aporta bienestar y cambiar por opiniones o ideas que eleven nuestra estima y confianza. Recuerda: lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro.Colabora: Natalia de las NievesTerapeuta MotivacionalEn Facebook: Rincón De Luz y Bienestar154366593





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