El cuerpo es el vehículo del alma. La alberga y la hace capaz de moverse en un territorio tridimensional, terreno. Las enfermedades y los padecimientos físicos ocurren cuando no hemos atendido a nuestro Ser, cuando no hemos fluido conforme con su divina necesidad de ser libre. Entonces, pasa un tiempo para que el alma se exprese a través del cuerpo; y trae así un mensaje que es sensible a descodificación e interpretación.El Ser es perfecto, y esta conectado a la Fuente Divina. Es nuestra divinidad interior. Pero el alma es un mediador entre esta Verdad Suprema y esta Vida terrena. El alma sufre, el alma se quiebra. Y al alma no podemos llevarla al médico. Cuando el alma ha agotado sus recursos para mantener equilibrada nuestra divinidad y nuestra vida terrena, pierde la estabilidad y sufre. Para dar aviso a la consciencia, su sufrimiento genera un síntoma, un dolor, un padecimiento.Sin embargo, en la vorágine de los tiempos que corren, el hombre escucha poco su voz interior y va al medico cuando el dolor ya se ha cristalizado en el cuerpo, generando un verdadero mal estar. Y allí lo ve y lo oye. Lo siente y lo padece.Cuando sentimos miedo, soledad, presión, odio, o rencor. Cuando somos agresivos, violentos, evasivos, manipuladores o negadores. Cuando somos apáticos, amargados, rígidos. Cuando no oímos a nuestro Ser Superior, y nos apartamos de la Verdad, entonces el alma sufre y puede llegar a enfermar nuestro cuerpo de maneras irremediables, con el único fin de purificarse, y de recordarnos que el camino de regreso a “Casa” es el Amor.Cualquiera sea tu dolor, bendícelo. Es la manera perfecta en la que te estas limpiando y purificando de pensamientos y emociones o actitudes verdaderamente tóxicas y nocivas para tu vida. No te enfades con Dios (cualquiera sea la creencia que tengas de El) por no librarte de un sufrimiento o de un padecimiento. Eres tu el que no se esta librando al mantenerse rígido en una idea que enferma. Dios te concede esa libertad. Identifica tu negatividad y no te victimices. Hazte responsable de tu sufrimiento. Al fin y al cabo, tu mismo lo has traído a tu vida. Cualquiera sea tu situación actual, o tu enfermedad, tu eres el único responsable de ella. Enfréntala. Mírala y escucha que esta diciéndote acerca de tu alma. Toma las medidas que sean necesarias, no solo para curar tu cuerpo, sino también tu mente y tu almaComparto para ello un tip: Pon tu mano sobre el órgano que te duele, sobre la herida que tengas, o sobre la parte del cuerpo que este afectada, respira hondo tres veces para conectar con ella, como si se tratara de una persona (damos entidad) y pregúntale en voz baja: "¿Que me viniste a decir? ¿Qué mensaje tienes para mi? ¿Cómo puedo ayudarte?¨ Y sin abrir los ojos, imagina que la herida o enfermedad te contesta y escribe todo lo que ella te diga, todo lo que sobrevenga a tu mente tal cual lo recibas sin reprimir nada, y luego léelo, reflexionando sobre ello.Puedes repetir cuantas veces quieras esta conversación con tu herida, porque ella siempre tendrá un mensaje nuevo para colaborar en su sanación.Créeme que cualquiera sea tu enfermedad ella tampoco quiere estar allí, así que hará cualquier cosa para ayudarte.Manos y corazón a la obra.Colabora: Patricia MéndezBiodescodificación y PNLWhatsApp 3764670592





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