Propio de una película, un verdadero crimen de frontera fue el que se registró a última hora del viernes entre San Antonio, Misiones (Argentina) y Santo Antonio do Sudoeste, estado de Paraná (Brasil). Allí, un hombre fue atacado a tiros del lado argentino y, malherido, cruzó por un puente precario el estrecho río San Antonio hacia suelo brasilero, donde falleció segundos después, a quince metros de la línea internacional.La víctima fue identificada como José Morais De Lima (52), de nacionalidad brasilera, quien recibió al menos tres impactos de arma de fuego que le costaron la vida. El hombre fue hallado en el patio trasero de su casa del barrio Villa Nueva de Santo Antonio, aunque los investigadores confirmaron enseguida que el ataque tuvo lugar en Argentina: los rastros de sangre los llevaron desde el lugar del hallazgo hasta San Antonio.Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, fue alrededor de las 22.15 del viernes que efectivos de la Policía Militar brasilera fueron alertados sobre la presencia de un cadáver en la zona de frontera. Al mismo tiempo, en tierra misionera, efectivos de la Unidad Regional XII fueron comisionados al barrio Unido de San Antonio por vecinos que escucharon cinco disparos.Los policías de uno y otro lado se encontraron sobre unos tablones de madera de cuatro metros de longitud y 70 centímetros de ancho que ofician como “paso internacional” clandestino, en la zona conocida como “Pique de Gago”. Las dos comisiones llegaron allí tras seguir los rastros de sangre. En Brasil fue hallado el cuerpo. En Argentina, la linterna de la víctima y una colilla de cigarrillo.Enseguida se inició un trabajo en conjunto que permitió reconstruir parte de lo que habría sucedido. Las primeras informaciones indican que Morais De Lima alquilaba una vivienda de madera del lado argentino, en la que guardaba garrafas de gas, que vendía a los vecinos del barrio Unido. A última hora del viernes, la víctima cenó en su casa, del lado brasilero, en compañía de un amigo que sería argentino. Tras comer, juntos atravesaron el río San Antonio por el puente o “pingela” -como se conoce en la zona a ese tipo de pasos fronterizos ilegales- y regresaron a Misiones. En San Antonio, Morais De Lima le encargó a su conocido que se quedara a dormir en la casilla para cuidar las garrafas. Ese joven aceptó. Ante tal situación, el brasilero dio media vuelta y emprendió el regreso a Brasil, pero cuando se aprestaba a recorrer los poco más de diez metros que separan el depósito del río, fue sorprendido por dos desconocidos que dispararon por lo menos cinco veces.Morais De Lima recibió al menos tres impactos. Dejó caer la linterna -no se sabe si la colilla de cigarrillo era de él o de uno de los asesinos- y con sus últimas fuerzas cruzó hacia San Antonio Do Sudoeste, donde minutos después fue encontrado sin vida. Al menos murió en su país.Se inició entonces una investigación conjunta entre la Policía Militar y la UR-XII de la Policía de Misiones.?Hasta anoche no se descartaba ninguna teoría, aunque por las características del hecho se hablaba con fuerza de un ajuste de cuentas ligado a la frontera. Pero a la frontera "en serio", esa que es difusa, prácticamente indistinguible, como sucede entre San Antonio y Santo Antonio do Sudoeste.





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