El magistrado Herman Benjamin presentó su voto durante la tercera sesión del juicio que intenta determinar si esa campaña electoral se valió de “abusos económicos y políticos”, lo que en su opinión, aún cuando no concluyó su exposición, se “comprueba” en documentos y testimonios recopilados sobre el caso.Muchos de esos documentos se apoyan en testimonios dados por exdirectivos del grupo Odebrecht, que han confesado que financiaron ilegalmente a Rousseff y Temer, pero cuatro de los siete miembros del Tribunal Superior Electoral anunciaron que no tendrán en cuenta esa declaración, pues consideran que carece de valor probatorio.En los testimonios que prestaron a la justicia, los exdirectivos de Odebrecht dijeron haber entregado al menos 150 millones de reales (hoy 45 millones de dólares) a la campaña de Rousseff y Temer y que al menos la tercera parte correspondió al pago de sobornos.El problema radica en que esa confesión ocurrió casi dos años después de la instauración del juicio electoral, por lo que para la mayoría de los magistrados su utilización violaría el derecho a la amplia defensa, pues la acusación inicial no citaba a Odebrecht.Si hubiera una sentencia condenatoria en este caso, Temer podría permanecer en el poder hasta que sean juzgadas todas las apelaciones previstas en la ley, que comienzan en la corte electoral y acaban en el Tribunal Supremo, que daría la última palabra. En caso de que todas las apelaciones sean rechazadas, perdería el cargo y el Congreso debería elegir a su sucesor en un plazo de 30 días, mediante una elección parlamentaria indirecta.Si así fuera, sería la primera vez en la historia brasileña que dos mandatarios habrían sido desalojados del poder durante un mismo período.Fuente: Télam





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