Alumnos, docentes y padres del CEP 49 de Eldorado están decididos a terminar con uno de los salones de la institución y es por ello que se lanzaron a la cruzada de juntar los fondos que la Provincia no envía desde hace dos años. Lo hacen a través de rifas, de venta de pollos y varias actividades más con la intención de brindarle otra aula a la creciente matrícula de la institución.El salón es más que necesario, porque en el turno noche la escuela cuenta con cinco aulas pero tiene seis cursos. “Por ese motivo tenemos la rotación de uno de los cursos por semana”, explicó a PRIMERA EDICIÓN la secretaria de la escuela, Graciela Noemí Fernández. Rotan porque un curso por semana no asiste a clases. En ese período, los profesores les dan trabajos prácticos a los alumnos para que no pierdan ese tiempo sin clases. "Ellos saben porqué no vienen a clases, entonces todos tienen buena predisposición. Cuando les inscribimos les contamos cómo es y que estamos pronto todo el equipo docente y de padres y alumnos a terminar con el salón”.Fernández explicó que “la rotación es la alternativa que encontramos porque la parte edilicia todavía no está acorde a la demanda de chicos. Entonces, para que todos puedan venir y no dejar chicos fuera del sistema, inscribimos chicos en dos primeros, dos segundos y dos terceros. Generalmente uno de los terceros está con personas que vienen a hacer su terminalidad, gente que ha dejado, que ha quedado con materias y para obtener el título necesitan cursar el último año. Entonces la demanda de dos terceros es muy necesaria, pero no contamos con el espacio físico para que funcionen seis cursos a la noche”.Con sacrificioEl edificio de la CEP 49 creció gracias al sacrificio de toda la comunidad. La institución, que abrió sus puertas en 2009, comenzó con dos salones que pertenecían a la escuela vecina, la 689. Ésta, a través de gestiones, consiguió su nuevo edificio, por lo que la vieja sede quedó para el CEP 49.“De esos dos salones, a medida que iba creciendo la población estudiantil, año tras año íbamos tratando de hacer un salón más. Así se hicieron los dos salones que tenemos, construcción que se debe a aportes, canastas, venta de pollos, colaboración de la comunidad, de los docentes, de quien esté dispuesto a ayudarnos. Ahora nos queda el desafío mayor que es el último salón pero teniendo en cuenta toda la situación económica del año pasado y este año, nos está costando un poco más”, reconoció Fernández.La secretaria del CEP 49 contó que la última vez que la escuela recibió un aporte económico de la provincia fue “hace dos años” gracias a “un plan en el que entramos y así recibimos ayuda del Gobierno”. El mobiliario lo fueron consiguiendo en varias etapas, “en este momento contamos con todas las mesas, las sillas, los escritorios, las mesas para la sala de profesores. El mobiliario está esperando que se termine el último de los salones que nos hace falta”.La construcción para ese salón comenzó justamente con el aporte conseguido hace dos años. “Se logró hacer el techo, el piso y toda la parte de tinglado, de estructura. Ahora nos queda cerrar con las paredes, las aberturas y toda la parte de instalación eléctrica más revoque y piso. Eso sería lo que nos estaría faltando para ese último salón”, explicó. Para ello se realizan bonos, rifas, eventos en los que recaudan con la cantina, feria de ropas. “Hemos pasado por todo para no cansar tanto a la comunidad que hace ocho años que nos ayuda. También los terceros años siempre hacen actividades y luego las exponen en una feria y ahí todo lo que producen se vende. Todo lo que sea ingreso económico lo estamos apuntando todo a la parte edificio”.Eso no es todo. La escuela en sus años de historia ha pasado por muchas necesidades y muchas veces hasta los docentes gestionaron préstamos personales para afrontar gastos. “La dirección anterior, a cargo del señor Jorge Tripier, fue la que comenzó con este sueño para esta zona. Él leyó la realidad, la necesidad y realmente hubo momentos en que eran tan urgente las necesidades que tenemos hasta préstamos personales en esta escuela”, relató Fernández emocionada. La emoción es porque cada piedra y peldaño que se ha puesto tiene el nombre de un profesor, de un padre comprometido y de chicos que fueron pasando. “Gracias a Dios ya tenemos nuestra semillita que son chicos que encontraron la organización de su vida personal y se volvieron policías, o chicos que están en Prefectura, que están estudiando para ser maestros, que terminaron enfermería. Hay logros importantes”.También ponen el hombro en la limpiezaPorteros no tuvieron nunca. Pese a todas las gestiones realizadas, no consiguieron nunca ni la designación ni el personal. Es por eso que también docentes y alumnos ponen el hombro y se arremangan para limpiar la escuela. “Lo hacen los chicos de la escuela nocturna que son chicos todos mayores, siempre se organizan en grupos. También lo hacemos los docentes cada vez que va a comenzar el año”, indicó Fernández.Al margen de esto, los cargos están todos creados, indicó la secretaria de la escuela y relató que ahora “que abrimos un turno a la mañana estaremos en tratativas para completar el personal auxiliar”.La oferta educativaEl CEP 49, que en la actualidad cuenta con aproximadamente 200 alumnos, a ofrece un plan para jóvenes y adultos con una duración de tres años en el turno noche. Cuando se iniciaron en 2009 no tenían orientaciones. Esto cambió y ahora la oferta es de Ciencias Naturales y Turismo. Además se detectó la demanda de chicos de entre 14 y 17 años que no podían concurrir a la escuela nocturna y “quedaban excluidos”, entonces “tras una gestión exhaustiva del director anterior de la institución, se logró este 2017 crear un primer año diurno. Esta modalidad es de primero a quinto. Cada división trabaja con 35 a 40 alumnos en el turno noche y en la diurna, con 45 chicos. Teníamos la esperanza de crear dos primeros pero no se pudo, por lo menos comenzamos con uno así que también estamos abarrotados porque tenemos casi 45 chicos para un solo turno”.Para cerrar, Fernández señaló que “somos un equipo de 25 educadores que siempre decimos que la necesidad en esta escuela es real, tanto del edificio como la de dar respuesta a esta comunidad”.





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