¿Dónde estoy cuando me distraigo de mi vida? ¿Quién ocupa el espacio que deja mi ausencia?Muchas veces nos enojamos y hasta vemos al otro como un invasor, sin reparar en que nadie puede ocupar mi lugar si yo estoy allí, firme, presente. Quien se siente víctima, quien solo se queja y no se hace cargo, termina siendo una carga.Los que protagonizan la vida, a pesar de las circunstancias son aquellos que desarrollan la capacidad de gestionar sus emociones, que se hacen concientes de sus conversaciones internas y tienen una corporalidad predispuesta a la acción.La incómoda comodidad de permitir que vivan por mí, tiene un costo muy alto. A veces lo pago con lágrimas, otras con dependencia emocional, pero siempre, invariablemente, me quedo afuera de mi propia historia.Entregar el poder personal es el precio y sentirnos frustrados, la consecuencia.Estar presente es la clave, protagonizar la propia historia, elegir con conciencia y predisponerme para aprender de los errores es una necesaria elección. Es preciso amarme en mis vulnerabilidades y tratarme afectuosamente para tener la confianza de amigarme con mis miedos y dar el primer paso.Ese es el movimiento necesario para encontrar el camino. Aquí y ahora está la respuesta. Quizás sea más sencillo de lo que pienso y tenga que ver con animarme a abrir los ojos a la vida, apoyarme en las pequeñas cosas y descubrir que en mí comienzan todas las posibilidades, que no es necesario ser perfecto, que puedo equivocarme y aprender de mis errores y que el desafío de mis límites es una amorosa invitación para avanzar.Si no soy yo… ¿Quién lo hará por mí? ¡Vamos! ¡Cada día es un buen día para empezar!!!ColaboraMaría Rita NahúmMaster [email protected] 154644187





Discussion about this post