A partir de una serie de conversaciones vía Facebook, la Justicia de Brasil entendió que la funcionaria misionera Alicia Beatriz Sandoval (52) fue víctima de un engaño por el cual fue detenida con dos kilos de cocaína cuando se aprestaba a tomar un vuelo desde San Pablo a la India, en agosto pasado. Por eso y por la ausencia de antecedentes criminales es que finalmente fue condenada a 1 año, 11 meses y 10 días.Todo eso se desprende de los fundamentos del fallo, a los que pudo acceder PRIMERA EDICIÓN, quien informó en exclusiva de la sentencia y liberación de la oriunda de Puerto Piray en su edición del sábado 1 de abril.“Fui víctima de un engaño, pero nunca estuve sola, sentí el apoyo y las oraciones de todos”, le dijo la misionera a este Diario en su primera entrevista, horas después de ser liberada. Como ya se anticipó, luego de permanecer tras las rejas poco más de siete meses, deberá completar lo que resta de la sentencia mediante la realización de trabajos comunitarios en un lugar aún no designado.“Los hechos de la causa revelaron que la acusada no integra una organización criminal ni se dedica al delito”, concluyó el juez de la causa al fundamentar la sentencia, tras lo cual basó la reducción del mínimo imponible por el delito de “tráfico de drogas” -de 5 a 15 años- en la ausencia de prontuario de Sandoval, sus “buenos antecedentes” y situación económica, además de la no integración con una organización criminal. “La actuación de la agente en el transporte de droga, denominada ‘mula’, por sí sola, no constituye un supuesto de su dedicación a la práctica delictiva”, determinó el magistrado interviniente, quien a la vez subrayó en el fallo “la peculiaridad del caso, con la imputada involucrada amorosamente por Internet”.Fue ante ese contexto que la Justicia brasilera redujo entonces la pena de cinco años -el mínimo- a dos tercios de esa cifra, en base a lo dispuesto en el artículo 59 del Código Penal de Brasil, que establece que “el juez, atendiendo a la culpabilidad, los antecedentes, la conducta social, la personalidad del imputado, los motivos, las circunstancias y consecuencias del crimen, establecerá (…) la cantidad de pena aplicable entre los límites previstos, el régimen de cumplimiento de la pena privativa de la libertad y la substitución de la misma por otra especie de pena, si cabiere”.Así las cosas, a las circunstancias descriptas anteriormente, explicitados en el cuadro que acompaña este artículo, el magistrado tomó también como atenuante la cantidad de droga que Sandoval llevaba -el pesaje final arrojó 1,989 gramos, casi dos kilos- para sentenciarla “a una pena final de 1 año, 11 meses y 10 días de reclusión y 194 días de multa (…) inicialmente en régimen abierto”, además de ordenar “substituir la pena privativa de la libertad por dos penas restrictivas de derechos, de prestación de servicios a la comunidad o a entidades públicas”. En síntesis, la Justicia condenó a la funcionaria de Puerto Piray en virtud de que poseía la droga al momento de ser detenida, pero no por la intención de transportarla.No obstante aquello y pese a que la situación pudo ser mucho peor, los abogados de Sandoval confirmaron desde Brasil a PRIMERA EDICIÓN que apelarán la sentencia. Mientras tanto, la misionera aguarda porque en las próximas horas se disponga dónde y durante cuánto tiempo deberá realizar su labor comunitaria. Recién cuando cumplimente ese trámite (existe la posibilidad de que el Ministerio de Justicia brasilero la expulse antes de cumplir la pena, cuestión que agilizaría su regreso pero no le permitiría ingresar nuevamente al país vecino) podrá regresar a su Piray natal y ponerle punto final a la pesadilla que mantuvo expectante a la provincia.Punto por puntoEl fallo del Tribunal Regional Federal 3 de San Pablo tiene, en total 67 puntos. Los doce primeros refieren a la denuncia del Ministerio Público Fiscal y al relato del momento en que Sandoval fue detenida en flagrante, el sábado 27 de agosto de 2016 en el aeropuerto internacional de Guarulhos, cuando pretendía abordar el vuelo EY-190 de Etihad Airways rumbo a Jaipur, en la India.En el punto 13 aparece la declaración de Sandoval en sede policial, donde dice que viajó a San Pablo desde Piray en colectivo y que “estaba haciendo un favor a un desconocido” al llevar la maleta con casi dos kilos de cocaína. Surge en el siguiente punto la declaración de la encargada de la máquina de rayos X que descubrió la droga en un doble fondo: “La detenida estaba calma pero, en el momento en que fue hallada la droga, tuvo una caída en la presión y fue necesario llamar a un médico”.La indagatoria en sede judicial de la misionera fue incorporada al fallo en el punto 15. Allí Sandoval relata en detalle cómo fue que llegó a San Pablo y quién le entregó la maleta con la droga, además de confesar que en un momento pensó en abortar el viaje y regresar a la Argentina. Los puntos siguientes refieren a cuestiones técnicas de la ley: allí el juez del caso reflexiona sobre el concepto y accionar de una “mula”, de la ausencia de antecedentes de Sandoval e incluso también fundamenta la posterior excarcelación de la funcionaria. “Ante el presente cuadro de violación masiva y persistente de los derechos humanos, el sistema penitenciario brasilero deber ser caracterizado como un ‘estado de cosas inconstitucional’. Por eso considero dejar para el encarcelamiento solamente los casos que efectivamente representan un riesgo para la sociedad”, concluye el magistrado en una crítica al estado de las cárceles en el país vecino. La sentencia, lisa y llanamente, comienza en el punto 39. “Juzgo procedente la denuncia y condeno a Alicia Beatriz Sandoval bajo las penas del artículo 33 y artículo 40, inciso I de la ley 11.343”, resuelve el juez, quien en el punto 40 pasa a analizar la ‘dosimetría’ de la pena. “La conducta social y personalidad demuestra que la imputada no dententa una personalidad volcada al crimen”, subraya que la misionera “pareció colaborar con la instrucción” y, al respecto, concluye que “no constato motivo para aumentar la pena más allá del mínimo legal”. En el punto 43, el letrado resuelve: “fijo como pena base el mínimo legal, determinado en 5 años y 500 días multa”. No obstante, el juez enseguida pasa a enumerar “las circunstancias del artículo 59, que son evidentemente favorables a la imputada (quien no puede ser confundida con un traficante ‘profesional’ de drogas)”. Retoma así cuatro cuestiones fundamentales explicitadas anteriormente en el punto 26: Sandoval no tiene proceso penal anterior, posee buenos antecedentes, no se dedica a actividades criminales y no integra una organización criminal.Momento clave del documento es el punto 48: “En ese sentido, por todos los aspectos analizados y, aún, sin perder de vista la particularidad d
el caso, con la imputada involucrada amorosamente vía Internet (…) veo aconsejable disminuir la pena encontrada en el máximo (2/3), alcanzando la pena final de: 1 AÑO, 11 MESES y 10 DÍAS DE RECLUSIÓN y 194 DÍAS MULTA (…) INICIALMENTE EN RÉGIMEN ABIERTO”. En ese sentido, más adelante se agregará -en el punto 52- que el juez ordena “SUBSTITUIR la pena privativa de la libertad ahora impuesta por dos penas restrictivas de derechos de PRESTACIÓN DE SERVICIOS A LA COMUNIDAD o ENTIDADES ?PÚBLICAS”. Sandoval aguarda ahora por que le asignen esas labores.La declaración de SandovalUna vez que se conocieron los fundamentos de la sentencia, trascendió también la declaración indagatoria de la funcionaria misionera ante el Tribunal Regional Federal 3 de San Pablo, donde entre otras cosas Sandoval relata cómo fue que cayó en el engaño que le costó vivir una pesadilla. Se transcribe a continuación parte de esa declaración, vertida al comienzo de la investigación, aún en 2016:“No tenía conocimiento de que había droga en la maleta, quedé sorprendida. Tenía un bolso personal y otro para llevar a un amigo en la India. Estaba viajando a ese país para conocer a Ddanny, una persona con la que conversaba desde hace un año, además de aprovechar para hacer turismo. Después iría a Nepal, donde tengo amigos de mi misma religión”.“La maleta me fue entregada por un amigo de Ddanny un poco antes de tomar el taxi para ir al aeropuerto de Guarulhos. Ddanny pagó los pasajes, aunque anteriormente le había prestado dinero y él tenía que devolverlo, por eso pagó los pasajes. Ddanny es un amigo que conocí por Internet, con posibilidad de tener una relación amorosa. Tenía programado ir para la India en 2015 para un congreso de capacitación de misioneros, pero el viaje se postergó y decidí viajar en 2016”.“Cuando estaba en San Pablo, Ddanny pidió que le llevara unos documentos. Cuestioné si no era más fácil mandarlos por Internet o por correo, pero él dijo que era más fácil que yo los llevara. Recibí la maleta y la abrí, solamente vi ropa de hombre, no había motivos para desconfiar”.“El nombre de la persona que me entregó la maleta es Fred, de unos 30 años, moreno, hablaba en inglés, no creo que sea brasilero. El pasaje fue entregado por Fred en el hotel. En la Argentina Ddanny dijo que sería otra persona la que me entregaría el pasaje y, cuando llegué a Brasil, la situación cambió y no era la persona que había mencionado Ddanny. Ahí pensé en volver a mi país”.“No desconfié en que pudiera haber algo mal, aunque percibí algo diferente en el pasaje el día del viaje, era diferente a aquel que me había sido mostrado a través de fotos”.





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