E n nuestro andar por la vida siempre buscaremos: la compañía, el amor y esa sensación de pertenencia y de sentirnos queridos. Sentirnos plenos y felices es el deber que tendremos que afrontar a lo largo de nuestra existencia: ir en busca de lo que merecemos, y eso es amor, es deseo y satisfacción personal.Los logros profesionales y sociales son importantes y necesarios, para sentirnos aceptados, pero nada se compara a la sensación de plenitud que provoca el amar y ser correspondidos. De sentir ese deseo incontenible que provoca su boca de fuego y su piel que siempre está predispuesta a recorrerla, mientras sus uñas se hincan en la piel y desgarran el alma.Es como una muerte silenciosa y a la vez ese renacer constante entre sus temblorosos brazos después que la desnudez y la timidez haya perdido otra batalla ante el arrebato incontrolable de conquistar tu cuerpo. Aunque siempre relacionemos el deseo con la atracción de los cuerpos como algo que sólo pertenece al terreno de lo físico e impulsivo, pero todas nuestras pasiones escondidas nacen del corazón y de encontrar a la persona correcta para manifestarle toda esa ternura, dolor y pasión que tenemos y que queremos ofrendarle en aquel ritual sagrado de amor. Es por eso que debemos entregar lo mejor de nosotros, nuestros sentimiento deben ser verdadero y sinceros, es la única manera de sentirnos plenos a lado de esa persona que amamos y que nos hace sentir bien. Un corazón liberado de tormentos y desconsuelo pasados con el que se pueda ofrecer lo mejor de cada uno y así llenar un futuro con proyectos y buenas intenciones, es por eso, que debemos tener una actitud sensible, madura y sobre todo tolerante. La tristeza y el rencor solo nos traerán sentimientos de dudas, revanchismos y la inútil coraza del orgullo que separarán nuestros verdaderos deseos y de la tonta incertidumbre que nos hace sentir si merecemos ser feliz o añorar eso que pudo haber sino y no fue. Siempre deberemos ser firme y tener convicciones en lo que queremos en nuestras vidas, sobre todo si está en juego el amor entre dos personas y de todo ese futuro que va de la mano con ella. Es por eso, que lo mas valioso que tiene el hombre siempre será su verdad, y es lo que debemos mostrar en esa persona a quien comenzamos a amar y deseamos que nos acompañe para que este trayecto de vida sea más agradable en su compañía. Un corazón entregado solo a esa persona que hace feliz nuestras mañanas y nuestras noches cuando dormimos acariciando su pelo luego de hacer el amor o simplemente molestarla con miles de besos cuando intenta leer ese nuevo que llevó para leer en la cama. Un corazón que transmita esa alegría que no produce su sola presencia, sin guardarnos nada y así estar preparado para consolarla teniendo un sabio corazón que la escuche y así sanar todo eso que surja de la angustia de un tormentoso pasado o los miedos comunes que nacen a ver que todo es tan perfecto para que sea cierto.Nuestra vida es lo más valioso que tenemos y no debemos regalarlo, simplemente por el hecho de no estar solo, comenzar a valorarnos es el único camino para valorar el amor entre dos personas y hacerlo cada vez más fuertes para enfrentar los avatares de la vida que siempre se presentarán en forma de pruebas y desafíos. Un corazón que te ame más allá de sus latidos cuando lleguemos a ese día de no estar más contigo, que se pierdan para siempre sus palabras que describían ese noble sentimiento que se formaba en tu corazón y el mio. PorRaúl Saucedo [email protected]





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