Se ha preguntado usted si la compasión es sólo un sentimiento o si tiene base física en el cerebro? El Dr. Luis M. Labath, miembro de Honor de la Asociación Médica Argentina afirma que las neurociencias han comprobado que el cerebro esta orientado hacia la bondad como estrategia de supervivencia. Entendiendo que la compasión es un sentimiento humano que se manifiesta a partir de comprender el sufrimiento del otro y el deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo el padecimiento.Por medio de las neurociencias se ha demostrado que el estado compasivo puede influir sobre el sistema neurofisiológico e inmunitario de manera positiva. Cuando se siente compasión se activan las “neuronas espejo” que generan en la persona una sensación de pena al observar a un ser sufriente. Agrega el Dr. Labath que quien experimenta compasión aquieta la actividad de la corteza prefrontal derecha (asociada con estados de animo negativos), y se activan zonas de la corteza prefrontal izquierda, y las redes neuronales vinculadas con la empatía, el amor maternal y una mayor conexión entre pensamientos y sentimientos.Tradiciones y culturas antiguas desarrollaron diversos métodos para activar la compasión, como la meditación, la concentración, la generosidad y la utilización de estrategias cognitivas para visualizar el dolor ajeno. Lo fundamental es concentrarse en desear el bien ajeno mas cercano, y, luego, ampliar ese sentimiento hacia todo lo Creado, sin distinción de Reinos. Esta última técnica es muy conocida en las prácticas budistas.También se menciona que investigaciones publicadas por la revista Psychological Science afirman que el cerebro humano puede ser adiestrado para la compasión como un músculo cualquiera o como una destreza académica, que puede ir mejorando con la práctica contínua. Este descubrimiento de las neurociencias nos lleva a tomar conciencia de lo importante que es formar en compasión y bondad a los niños en las escuelas y cómo ese entrenamiento puede ser útil para tratar problemas sociales o conductas antisociales.Luego de décadas de realizar servicio voluntario y de formar personas de buena voluntad para el servicio altruista fui constatando que, tal como lo enseñan las distintas religiones y caminos espirituales, cuando se deja de estar focalizado en el ego y se presta atención a otros que están sufriendo, tratando de aliviar su dolor, muchas transformaciones y curaciones tienen lugar en el voluntario.Fuente: www.asociacioneducar.com





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