Cuando nos comunicamos con nuestros semejantes, rara vez escuchamos lo que nos dicen y a menudo ya estamos respondiendo antes de que el otro haya terminado de hablar.En cada interacción o relación ocupamos distintos roles: el que escucha pasivamente y es sólo una oreja para el que no para de hablar, el que se comunica emotivamente, pero el otro no lo tolera, en fin, hay una multitud de formas, y todas tienen un punto en común: ninguno de ellos en realidad se está escuchando a sí mismo, y por ende, no sabe cómo escuchar ni cómo comunicarse con el otro.El tener orejas te permite oír, pero al escuchar ya involucras la conexión interna para verdaderamente recibir y especialmente, sentir. Entonces, el primer paso aquí es aprender a escucharte a tí mismo, y cuando logras esto puedes profundamente escuchar a todos, y entonces experimentarás el poder de transformación que esto conlleva para ambas personas involucradas.Entonces, ¿cómo podemos modificar esto? ¿cómo abrir las avenidas para escucharnos cada vez más y mejor? ¿cómo lograr cambiar y así poder verdaderamente escuchar lo que los otros te quieren comunicar?El primer paso es darnos cuenta, darnos cuenta de que la repetición de nuestras acciones, de nuestras actitudes, nos llevan siempre al mismo lugar, ese lugar automático e inconsciente, y que eso se puede cambiar. ¿Cómo?Se cambia cuando paras y dejas de hacer las mismas cosas robóticas y repetitivas de siempre. Entonces vas a empezar a saber, a conocerte, a vivir conectado experimentando esa diversidad y variedad tan única y singular que es cada individuo.Y comenzarás a ver que no había confianza en ti mismo…ColaboraIsha JuddPara eventos del sistema Isha en Argentina: [email protected] Buscála en Facebook.





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