Absolutamente nada, ni la distancia, puede ocultar la emoción que Alicia Beatriz Sandoval (52) evidencia después de cada palabra. Es, nuevamente, una mujer libre. “Estoy muy feliz, muy contenta, agradezco a Dios y a todos los que me acompañaron” dice desde el otro lado del teléfono, sin dejar de reírse y, mucho menos, de palpitar el ansiado regreso a la calle.La funcionaria misionera permaneció más de siete meses presa en Brasil tras el hallazgo de poco más de dos kilos de cocaína en un bolso. Tras ser sometida a un proceso por tráfico de estupefacientes, la Justicia Federal de Brasil finalmente resolvió condenarla a un año y once meses de prisión, a la vez que ordenó liberarla el último jueves para que cumpla lo que resta de esa pena mediante la realización de trabajos comunitarios.Apenas horas después de salir de prisión, Sandoval mantuvo un diálogo telefónico exclusivo con PRIMERA?EDICIÓN en el que contó cómo fueron sus primeras horas en libertad y cuál es su situación de cara a su esperado regreso a la Argentina, sin olvidarse del sostén que -asegura- significaron las plegarias de quienes la acompañaron a la distancia. La pesadilla, finalmente, llegó a un punto final para la funcionaria municipal de Puerto Piray, cuyo nombre recorrió los medios nacionales tras el hecho.Otra vez en libertadExactamente 1.183 kilómetros separan San Pablo de Puerto Piray. Esa fue la ruta soñada para Alicia Sandoval durante los últimos siete meses. Si habrá soñado con cada uno de esos kilómetros durante las 215 noches en las que estuvo en el complejo carcelario femenino de San Pablo.Sin embargo, eso se terminó el último jueves por la tarde, cuando la Justicia Federal la notificó sobre la sentencia y ordenó que sea liberada. Para ser exactos, fueron siete meses y tres días privada de su libertad.“Estoy muy feliz, muy contenta. Fui liberada ayer a la tarde (por el jueves). Una de las primeras cosas que hice fue sentarme en un lugar y pedir la comida que yo quería. Esas son cosas que uno quizás no las valora hasta que las pierde”, reflexiona Sandoval desde el otro lado del teléfono en diálogo con este Diario.Sobre ese largo pasar tras las rejas, Alicia prefirió no ahondar en detalles, aunque reconoció que trató de tener una mirada positiva. “Aprendí miles de cosas, de lo bueno y de lo malo. En mi caso, por lo que me pasó, aprendí de la maldad de la gente, realmente fui ‘la mula perfecta’”, dice en broma y se ríe la misionera sin ocultar, una vez más, la emoción de la libertad.Oriunda de Piray, Sandoval fue arrestada en la noche del sábado 27 de agosto de 2016 cuando estaba a punto de abordar un vuelo a la India. En el bolso que llevaba, efectivos de la Policía Federal descubrieron 2,112 kilogramos de cocaína. Desde el principio, Alicia se dijo inocente. E insistió a la hora de declarar, al asegurar que fue víctima de un engaño, tras planificar un viaje vía redes sociales con un hombre al que debía conocer en la India. Justamente cercanos a ese sujeto le entregaron la valija para que se la llevara. Ahí estaba la droga.“Fui víctima de un engaño. Nadie se puede imaginar la cantidad de personas que están en mi situación. Hay mucha gente que fue víctima como yo y está pagando en la cárcel”, sostuvo Alicia, quien agregó luego que, de todas maneras, “en la penitenciaría las autoridades pudieron ver que no tengo nada que ver con el narcotráfico. Mi vida confirma eso. A la larga uno muestra lo que es, si es una persona buena o mala”.Después de un proceso que se postergó varias semanas y que finalmente se conoció el jueves, Sandoval fue condenada a un año y once meses. El trabajo de sus abogados fue impecable. Es que la carátula por la que llegaba imputada preveía una pena de entre cinco y quince años, pero los letrados lograron persuadir a los jueces mediante conversaciones de Facebook y Gmail, además de registros sobre la adquisición del pasaje del vuelo que Alicia debía tomar rumbo a India.“Restan solucionar ahora algunos trámites de papeles y cosas legales, pero yo estoy bien. Tengo muchas ganas de solucionar todo el tema este, cumplir con el trabajo comunitario y que quede todo ‘ok’”, indicó la misionera, a la vez que -sobre su situación- explicó que se trata de un “liberamiento condicional por ahora, con una pena de un año y once meses, que el juez consideró sobre lo que resta que puedo cumplirlo con trabajos comunitarios, por eso fui liberada. Ellos ahora van a ver mi trabajo comunitario, que lo cumpla tal como está previsto”.Con la ansiedad por volver a la libertad ya resuelta, a Sandoval le queda ahora esperar por cumplir ese tiempo para regresar a la Argentina, a Misiones, a Puerto Piray, con los suyos. “La verdad es que no tengo idea cuándo voy a volver a la Argentina. Eso va a depender de lo que determine el juez de acuerdo a mi comportamiento. No puedo dar una fecha porque no depende de mí, pero espero que todo salga bien. Creo que para este año voy a estar volviendo”, se esperanza la funcionaria municipal.Para el final, a la espera de los meses que le quedan en Brasil, pero sin olvidar la pesadilla que sufrió detrás de los muros, Sandoval agradece el apoyo de todos los que se preocuparon por ella. “No quiero dejar pasar la oportunidad de decirles a todos que estoy bien, y de agradecer especialmente a mi familia, que estuvo presente todo este tiempo, a mis muchos amigos, de los que recibí tantas salutaciones y aliento. Quiero que sepan que gracias a cada uno de ellos, nunca me sentí sola. Gracias a todos. Y gracias a Dios. Solo así pude superar todo esto”, cerró Sandoval desde San Pablo, por teléfono celular, desde la calle. Con la fe intacta. Y otra vez en libertad.




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