Las aguas de algunos arroyos urbanos, que se vierten en el Paraná en inmediaciones del puente Internacional (a 500 metros de una de las tomas de agua que alimentan el centro de la Capital provincial), llevan agua con materia fecal, y según la denuncia hecha por un grupo de pescadores de subsistencia, sería a consecuencia de cloacas conectadas clandestinamente a sus torrentes.Si bien, no está determinado cuál es el valor contaminante de cada canal, los hombres de río contaron a PRIMERA EDICIÓN, tras un relevamiento en el área denunciada como afectada, que la situación se repite “con frecuencia” e impacta de lleno estos hombres que subsisten de la actividad, y quienes no pueden sacar un solo pez “cuando el agua está así, y si ponemos mallas queda enganchada materia fecal y grasa”, relató Roque Ramón Ocampo, uno de esos trabajadores. “No son todos los días ni a todas horas, pero casi seguro a principios y mitad de semana bien temprano y a la tardecita acá no se puede estar”. Su testimonio es contundente, pero más aún lo son las heridas en su piel afectada por los hongos del agua, que le provocan afecciones de todo tipo. Él y sus compañeros sospechan que hay otros desagües, donde mucha gente de los barrios aplica la misma metodología para verter clandestinamente materia cloacal y otros residuos, cuando solo deberían contener agua, con el deterioro para la salud y ambiental que esto implica.Además, en los desagües de otros arroyos menores (que también tienen su desembocadura en el río), los pescadores denunciaron, en varias ocasiones, haber notado (aunque no con tanta frecuencia en el verano) que el río se mancha hay grandes franjas con aceite, combustibles, pintura y desechos industriales, todos altamente tóxicos. Olor y aspecto desagradable“Uno de los arroyos afectados, que nos perjudican por la contaminación que vuelcan a esta zona del río, viene del centro, nace en Bolívar y Córdoba. Está canalizado pero creemos que la gente engancha sus desagües en él, porque cuando largan los desperdicios acá no se puede estar”, dijo de su parte Albino Costa, otro baqueano del río que vive de lo que éste le brinda.“El otro arroyo que fue desviado por la zona de la placita (en alusión al Vicario) también se vierte en la zona y nosotros quedamos en el medio de las dos cloacas y los desechos nos traen problemas a la salud y para el ambiente, perjudicando la vida de nuestros animales domésticos, como así también los peces. Es terrible tener que vivir de esta manera”, dijeron los hombres afectados.





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