Las pruebas genéticas cerraron el cerco sobre el empleado yerbatero de 36 años detenido bajo sospechas de sedar y violar a una adolescente de 15 en Apóstoles, en octubre pasado. El ADN confirmó que los restos biológicos hallados en la ropa interior de la víctima corresponden al detenido e imputado por el hecho.Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN mediante sus fuentes, quienes indicaron que de esta manera el panorama procesal del acusado quedó más que nublado de cara al futuro. Es que, además, las muestras de orina de la adolescente confirmaron que la misma ingirió un potente somnífero, tal como este diario había adelantado semanas atrás.Así las cosas, es de suponer que en las próximas horas el magistrado Miguel Ángel Faría, titular del Juzgado de Instrucción 4 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Apóstoles, de un paso fundamental en la instrucción, al decir de un portavoz cercano a la causa.En las últimas horas arribaron a Apóstoles los exámenes genéticos realizados en Buenos Aires. El cotejo permitió establecer con un grado de certeza del 99,9% que los restos hallados en la ropa íntima de la menor de 15 años son del acusado. Además, los análisis también confirmaron que en los desechos de la víctima fueron hallados metabolitos de benzodiazepina, un compuesto propio de los medicamentes psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central, con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes.Todo eso parece cercar al empleado yerbatero, detenido en octubre del año pasado después de la denuncia de la tía de la adolescente, exmujer del sospechoso.De inmediato, Faría ordenó la realización de una Cámara Gesell, en la que la menor de edad relató el hecho y aseguró haber consumido una bebida deportiva donde -sospechan los detectives- el acusado habría incorporado los somníferos. Ese y otros indicios inclinaron la balanza en contra del hombre, quien ahora quedó seriamente comprometido por la ciencia.





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