En el barrio Stella Maris de San Javier vive Ramona Antúnez Viera con su familia. Su hija, Tatiana Reis, padece una discapacidad total, ya que tiene una malformación en las extremidades (carece de manos y piernas) que le impide desplazarse normalmente.No sólo necesita una silla de ruedas, sino también asistencia integral. La mujer realiza este reclamo desde hace mucho tiempo, y hasta ahora no obtuvo ninguna respuesta favorable.La situación de Tatiana es extrema y urgente. Su malformación congénita es grave, y no puede contar con una silla de ruedas, y cuando debe ser trasladada al hospital de San Javier, no dispone de la ambulancia. "Me la niegan", se queja Ramona, explicando su situación al diputado Martín Sereno (Partido Agrario y Social), quien se acercó a interiorizarse sobre el problema."En el hospital de San Javier hay dos ambulancias, pero nunca están disponibles para los pacientes, que se quejan de la mala atención del personal en el hospital; pero además, esta chica no tiene un hábitat digno, de acuerdo a su discapacidad, para vivir con su madre. Hace unos ocho meses anduvo por la casa de Ramona gente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, hicieron promesas, armaron carpetas, y nunca más tuvo novedades", señaló el diputado."Estoy cansada de pedir. Estos funcionarios de la Nación vinieron en octubre del 2016, y prometieron traerme los materiales para agrandar la casa y hacer una pieza para mi hija Tati, porque nuestra vivienda es muy chica, y tengo varios hijos. Me dijeron que demorarían unos cuatro meses, ya se cumplió ese plazo y nunca más se comunicaron. Se llevaron fotocopias, fotos de ella incluso, me pidieron, hasta el último recibo de su pensión; pero nada", cuenta la madre con dolor la madre.La joven tiene una silla de ruedas usada que le queda muy chica y se cae. "Fui varias veces al Municipio a pedir una silla más grande; pero por acá no aparecen ni las promotoras. Cuando ella se descompensa, y es una urgencia la tengo que llevar a la clínica y pagar la consulta, porque con su obra social no la quieren atender, salvo que la lleven al hospital donde la atienden gratis", subrayó.Ramona Antúnez y su familia viven en situación de pobreza, su casa es muy chica, con el piso de tierra y desparejo. "Mi marido es changarín y gana muy poco. Yo quería arreglar un poco el piso para ella que anda por todos lados, se sube y baja de la cama, pero es imposible, con lo que gana mi marido no alcanza. Estaba confiada con lo que me prometieron de Nación, pero no se comunicaron más", repite. Tampoco recibe ayuda de la Dirección de Acción Social de la Municipalidad que no la asiste de ninguna manera. "Me preocupa el estado de Tati porque a veces está con bajo peso, ella no come toda clase de comida, porque no puede tragar por el tema de su garganta, y al no contar con la ambulancia, tengo que pagar un remís".Esta madre luchadora lo único que percibe es una pensión por la discapacidad de la adolescente; pero carece de acompañamiento del Municipio ni de otro organismo".Fotos: Prensa Pays





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