(Nota completa publicada por PRIMERA EDICIÓN el 5 de febrero de 2012)“Les juro que los voy a denunciar”, fue el último grito de indignación y bronca que lanzó la mujer antes de tomar el colectivo a Encarnación (Paraguay). Así expresó su furia contra el remisero que acababa de cobrarle la friolera suma de 1.800 pesos para trasladarla al vecino país. Y encima, no cumplió.La mujer, de 51 años, que viajó desde la localidad bonaerense de San Martín para pasar sus vacaciones con los parientes que posee en Paraguay, cumplió su promesa.Regresó a Posadas, más precisamente a La Terminal, donde algunos delincuentes tendrían su guarida, reconoció al estafador y alertó al personal policial que trabaja en ese destacamento, posibilitando su detención.El malviviente, que además conduce un coche de alquiler, fue alojado en la comisaría seccional Tercera, donde permanecerá alojado hasta que preste declaración indagatoria ante el juez de Instrucción 2 de Posadas, César Yaya.El episodio delictivo ocurrió el jueves pasado, en horas de la mañana, pero la damnificada, de 51 años, radicó la denuncia recién al día siguiente.La historia comenzó en la Terminal de Ómnibus de Posadas, minutos después de que la desafortunada víctima descendiera del micro que la condujo desde la localidad bonaerense de San Martín.Teresa caminaba ya por la planta baja de la terminal cuando escuchó la voz estridente “remis, remis señora”, proveniente de un hombre de unos 45 años.“¿Adónde va?”, fue la pregunta siguiente mientras el hombre cargaba ya con los bolsos. “A Paraguay”, fue la respuesta y desde ese preciso momento, la maniobra se puso en marcha.El viaje fue en calma y sin sobresaltos. Hasta que llegaron a la cabecera del puente internacional que une Posadas y Encarnación.El trabajador del volante descendió para hacer los trámites migratorios y en minutos regresó, aduciendo que no tenía un papel clave para atravesar la frontera.Entonces el estafador le ofreció sus servicios y “conexiones” a cambio de la friolera suma de 1.200 pesos, para pasar sin ese “documento”.A esa suma había que sumarle 400 pesos por el costo del viaje al otro lado del Paraná y 200 pesos más, “¡¡¡en concepto de comisión!!!”.La mujer, que a esa altura quería llegar a casa de sus familiares como fuera, después de 24 horas de viaje, aceptó la propuesta.Pero ahí se produciría el incidente que desató la cólera de la mujer y al fin de cuentas, el descubrimiento de un hecho que causa indignación y vergüenza ajena.Una vez con el dinero en su poder, el delincuente le dijo a la mujer que un compañero de trabajo la llevaría a Encarnación. Ella misma escuchó cuando este le decía al otro: “Llevale a Paraguay, llevale a Paraguay”.Rojas subió al otro coche y antes de que iniciaran viaje, le aclaró al chofer: “Yo no le voy a pagar nada, porque ya le di la plata a su compañero”. La respuesta fue contundente: “Él me dijo que me iba a dar 300 pesos y por esa plata no viajo”.La mujer, desamparada y ofuscada, bajó y gritó con todo su dolor: “Les juro que los voy a denunciar”.Así fue como al día siguiente volvió a Posadas y cumplió con su promesa.Ahora el delincuente que cobra por manejar un remís está detenido en un calabozo de la comisaría seccional Tercera.Delinque en la Terminal de Posadas y no representa a ninguno de los trabajadores del volante que honradamente se ganan el dinero con que llevan el pan y el sustento a sus familias.





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