Una mujer de 82 años fue cruelmente agredida por desconocidos que ingresaron a su departamento ubicado en el tercer piso del edificio situado en Sarmiento y Tres de Febrero.Se trata de María Sarasúa que desde hace unos años vive en el lugar.El hecho habría ocurrido en horas de la siesta y fue comunicado al Comando Radioeléctrico por una vecina de la víctima, que escuchó pedidos de auxilio.Cuando la policía acudió al lugar encontró a la mujer maniatada con una pañoleta y un vestido y con fuertes golpes en la zona del rostro.Se presume que habrían sido dos o tres los delincuentes que ingresaron al departamento probablemente con fines de robo, ya que sobre la cama de la mujer encontraron tres carteras y el placard revuelto.Los investigadores no pudieron indagar a la anciana para que precisara las características de los sujetos y cuántos eran con exactitud, por el mal estado que presentaba debido a los golpes.Fuentes policiales señalaron que, al decir del portero del edificio, había entregado correspondencias entre las 16 y 16.30, pero el movimiento dentro del edificio era el normal.Lo inexplicable del caso es que la puerta principal del edificio está bajo llave las 24 horas. "Tuvo que tratarse de alguien que tenía la llave o debieron abrirla desde adentro", acotaron los vecinos."Estoy atada" Una vecina de nombre Graciela fue la que escuchó el pedido de auxilio de la abuela. Contó que cuando se levantó de la siesta "sentí como un lamento, alguien que decía ’estoy atada’. Entonces me acerqué al balcón y me di cuenta que podía venir de la casa de al Iado. Busqué al portero, al administrador y llame a la policía".Añadió que "vimos que estaba la puerta entreabierta y no nos animamos a entrar. Llamamos a la policía y cuando entraron la abuela estaba tirada en el lavadero, con las manos atadas y la cara lastimada. Se ve que la golpearon bastante".Al parecer dijo que fueron dos o tres muchachos los que la atacaron, aunque la víctima no supo precisar más."Los vecinos siempre la cuidamos porque los parientes más cercanos están en Santo Tomé. Nunca nos había pasado", acotó.Finalmente comentó que tanto en el living como en la cocina las cosas estaban en orden. "Lo pude apreciar cuando un policía me pidió agua porque la vecina tenía mucha sed.En el dormitorio los delincuentes habían abierto el placard y había dos o tres carteras sobre la cama".





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