(Nota completa publicada por PRIMERA EDICIÓN el 26 de enero de 2002)Por estos días han cobrado auge los llamados cobradores de morosos incobrables. Esto llegó al punto de que existen empresas dedicadas a ello y desde que surgieron, para los que no los padecían, era todo un misterio saber cómo "llegaban a un acuerdo con el deudor", por así decirlo.La modalidad que utilizan, o al menos una de ellas, fue conocida por estos días por un empresario local que dirige un comercio funerario al que fustigaron en reiteradas oportunidades. Los cobradores en cuestión, cuatro en total, fueron detenidos por la Dirección de Investigaciones a raíz de una denuncia radicada el pasado 2 de enero, cuando comenzaron las amenazas. Se trata de cuatro sujetos bonaerenses que pertenecen a una firma que se dedica al cobro de deudas. Junto a los detenidos, también fue secuestrado el automóvil Renault Laguna en el que se movilizaban. Si bien el procedimiento fue concretado el jueves por la noche, la denuncia contra los "recaudadores" fue radicada el pasado 2 de enero por una empleada del propietario de la funeraria. Ésa vez se presentaron al local con tonos amenazadores e intimidatorios, intentando cobrarse 20 mil pesos, según trascendió.La Justicia los investiga ahora por una supuesta asociación ilícita, ya que en la empresa los recibieron, pero ellos intentaron una extorsión.La presión que ejercieron fue tal que realizaban varios lIamados telefónicos a cualquier hora del día, llegaron hasta la vivienda del deudor en Candelaria, a la casa de sus padres y a otro domicilio en el centro de la ciudad.Luego de la denuncia de principios de enero, la policía los buscó pero ya habían escapado. El jueves, un empleado de seguridad privada de la funeraria advirtió la lIegada de los cuatro cobradores y lo comunicó a la policía. Los sujetos se habían detenido en la vereda frente al local y comenzaron a gritár que no iban a "joder" y que sabían muy bien cómo tratar a los deudores. Las autoridades consultadas informaron que los cuatro son oriundos de la zona de Pergamino, Junín y la localidad de Rojas, Buenos Aires. También trascendió que uno de ellos tenía en su poder una credencial falsa de la Policía Bonaerense. Ahora están a disposición del juez de ferias César Jiménez.




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