(Nota completa publicada por PRIMERA EDICIÓN el 8 de enero de 2012)A unos tres mil metros del acceso sur de San Vicente, la Policía encontró ayer por la mañana el cuerpo sin vida de Edelmiro Tamis (77), el remisero que en la noche del viernes había desaparecido misteriosamente luego de acompañar a su mujer a un supermercado céntrico de San Vicente.Después de buscarlo durante toda la noche, los efectivos de la Unidad Regional VIII chocaron con el horror a la altura del kilómetro 973 -ex 1.254- de la ruta nacional 14.Allí estaba Tamis, rodeado de sangre y con un disparo en el pecho. Además, tenía un profundo corte en la parte superior de la cabeza que le provocó fractura de cráneo.En medio de la consternación que invadía las calles de la localidad, la hipótesis de un violento robo se afirmaba en las últimas horas para explicar lo inexplicable. De todas maneras, nadie se animaba todavía a descartar otras teorías para comprender el sangriento crimen.Anoche, al cierre de esta edición, los investigadores buscaban pistas y testigos que pudieran aportar mayores datos para dar con él o los autores del hecho, quienes -se presume- habrían abordado al chofer simulando un viaje y luego acabaron con su vida.Drama y muerteLa historia comenzó a tejerse alrededor de las 20 del último viernes, cuando Tamis acompañó a su actual pareja a un supermercado céntrico de San Vicente, emplazado sobre la avenida Libertador.Según las fuentes, en ese lugar la mujer se bajó para realizar compras. Antes de ingresar al local comercial, Tamis le dijo que iría a buscar algún cliente en la zona para realizar un nuevo viaje. “Si cuando salís no estoy, andá derecho para casa y esperame allá”, le habría manifestado el chofer.Esa fue la última vez que la mujer lo vio con vida. Como le había dicho su marido, salió del supermercado con varias bolsas y se las arregló por su cuenta para llegar a la vivienda del ex kilómetro 1.262 de la ruta nacional 14, pocos metros después de la rotonda norte de San Vicente.En la vivienda, los minutos comenzaron a correr y Tamis no volvía. La esposa del remisero esperó ansiosa por varias horas, hasta que alrededor de las 1 de ayer no soportó la angustia y realizó una exposición en sede policial. La preocupación era una sola: su marido no regresaba.Hecho el alerta, varios móviles de la Unidad Regional VIII montaron un operativo de búsqueda para dar con el remisero. Los uniformados buscaron en cada esquina del ejido urbano de San Vicente. Pero Tamis seguía sin aparecer.Recién en la mañana de ayer una patrulla encendió la alarma por radio. A unos tres mil metros del acceso sur de la ciudad, en la banquina oeste de la ruta nacional 14, los efectivos encontraron el Peugeot 504 color beige que manejaba el remisero. A pocos metros yacía un cuerpo, tirado boca abajo. Los uniformados se acercaron y lo confirmaron: a las 6.30 de la mañana, la búsqueda había terminado.El cuerpo de Tamis tenía una herida de arma de fuego en la parte izquierda del tórax -sin orificio de salida- y una enorme y profunda lesión cortante que le provocó la fractura de la calota craneana. Así lo confirmó después el médico policial que trabajó en el lugar junto a los peritos de Criminalística de la UR-VIII.Aunque hasta ayer era difícil conjeturar una hipótesis firme, para los investigadores el caso podría tratarse de un homicidio en ocasión de robo. Los uniformados basarían esalínea en que no se encontraron elementos de valor ni dinero en poder de la víctima, y en que el automóvil estaba totalmente revuelto, como quien busca algo más para llevarse.Además, el calzado que vestía Tamis también desapareció, quizás como botín de los supuestos ladrones. Sin embargo, tampoco se descarta que esas pistas puedan haber sido dejadas “adrede” por él o los homicidas para simular un atraco y despistar a los investigadores.De una u otra manera, lo único cierto es que la doctora Alba Kunzmann de Gauchat -subrogante del Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente- tiene en sus manos la causa."Era un personaje público"Vecinos de San Vicente comentaron a este medio que Edelmiro Tamis era muy conocido en la localidad. Aunque no trascendió si nació o no en dicha ciudad, Tamis vivía en la zona desde hace muchísimos años, en los últimos tiempos en una casa emplazada sobre el ex kilómetro 1262 de la ruta nacional 14, cerca de la rotonda norte, en dirección a San Pedro.“Primero tenía una cuadrilla de tareferos que trabajaba en la época. Después, adquirió unos locales comerciales sobre la avenida Constitución que alquilaba por mes”, relató una fuente, quien aseguró que el remisero era un verdadero “personaje público” de San Vicente.Sobre el deceso del chofer, los habitantes de la localidad prácticamente no lo podían creer y se encontraban consternados. Con respecto a la hipótesis del robo -que hasta ayer era la que se manejaba con mayor firmeza- dijeron que el trabajador del volante “sólo hacía viajes chicos y no manejaba grandes sumas de dinero”.Ahora queda en manos de la Justicia establecer el móvil del violento crimen que puso en vilo a la ciudad.Creen que la víctima alcanzó a resistirse antes de ser asesinadaEl abanico de posibilidades a la hora de explicar el crimen continuaba abierto hasta ayer, aunque los pesquisas confiaban en que el transcurrir de las horas depararía nuevos hallazgos y el verdadero desenlace se iría “aclarando”.En ese sentido, una fuente de estricta confianza aseguró a PRIMERA EDICIÓN que Edelmiro Tamis habría alcanzado a resistirse a su muerte y forcejeó con él o los autores de su deceso. A esa conclusión habrían arribado los especialistas en Criminalística, después de analizar los rastros de sangre hallados en la escena del crimen.Según la fuente, el “hilo” de
color escarlata “va y viene” en varias oportunidades desde y hacia el auto, y continúa hasta donde fue hallado el cuerpo, a unos quince metros del vehículo.Esa pista es objeto de estudio por parte de los experimentados hombres de Criminalística, que tratan de establecer los pormenores del episodio.La pista de las amenazas, con muy poca fuerzaUn portavoz con cierta proximidad al hecho relató también que hace algún tiempo el remisero recibió amenazas por parte de determinados familiares.Si bien todas las teorías son manejadas por quienes investigan el violento homicidio, la fuente dejó entrever que no existiría vinculación entre esta cuestión y el hecho de sangre.Al parecer, Tamis incluso había radicado una denuncia por dichas intimidaciones, que provendrían de personas cercanas a él. Sin embargo, los pesquisas prácticamente habrían descartado esta pista suponiendo que, sí había hecho la denuncia y se mostraba preocupado, no habría subido a esas personas de su circulo familiar al automóvil para realizar un viaje.“No obstante, en este tipo de casos ninguna conexión puede ser dejada de lado y por el momento se investigan todas las hipótesis”, señaló la fuente, consciente de que es demasiado pronto para afirmar o refutar teorías.





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