Ellos dispararon hasta 50 tiros, matando a 12 personas e hiriendo a otros 11 y gritando “Alá es el más grande” durante el ataque. También mataron a un oficial de la Policía Nacional de Francia poco después. Los asaltantes se identificaron como pertenecientes a Al-Qaeda en la Península arábiga (la rama de Al Qaeda en Yemen), que asumió la responsabilidad por el ataque. Otras cinco personas murieron y once resultaron heridas en tiroteos relacionados posteriormente en la región de la Isla de Francia.





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