(Fragmentos de la nota publicada el 5 de enero de 2007 en PRIMERA EDICIÓN)Con mucha angustia, una misionera oriunda de Apóstoles que actualmente vive en Rosario relató cómo la anorexia fue apoderándose de su cuerpo desde hace un tiempo e hizo eclosión hace unos meses. Alicia Virginia Lepka tiene 49 años y pesa 37 kilos; hace dos años se radicó en la ciudad de Rosario con sus dos hijas Gabriela (21) y Natalia (11) y comenzó a trabajar como empleada doméstica.“Desde hace unos meses comencé a tener síntomas ‘raros’ que los médicos dijeron ahora que son compatibles con los de la anorexia nerviosa y además la bulimia, porque se me complicó. Y debe ser así nomás porque peso menos que mi hija de once años que tiene 42 kilos”, remarcó en diálogo telefónico con PRIMERA EDICIÓN.La obra social no le reconoce el tratamientoAlicia Lepka egresó ayer del sanatorio privado en el que estuvo internada durante una semana. Prácticamente fue desalojada porque su obra social -está afiliada a la de las empleadas domésticas- no reconoce el tratamiento de esa enfermedad.“Yo tenía un peso normal, 55 a 57 kilos, y hace seis meses comencé a adelgazar sin darme cuenta, bajé más de quince kilos, no me podía levantar de la cama y prácticamente ya no podía tomar ni agua sin que me provocara vómitos, casi no comía y ya no tenía fuerzas ni para caminar. Me internaron hasta que me diagnosticaron la enfermedad y me recomendaron un tratamiento psicológico. Pero en Rosario el único lugar para contener la anorexia es el Instituto Aluba que es muy caro por ser privado”.Alicia recordó que decidió afincarse en Rosario por razones económicas: “En Apóstoles no había mucho trabajo y decidimos apostar a una ciudad más grande. Afortunadamente tanto mi hija como yo conseguimos empleo y estoy muy agradecida; aunque lamentablemente terminé enfermándome”.Precisamente, la mujer consideró que fue la tarea que realiza en una casa de familia la que la llevó al estado en el que se encuentra. “Mi trabajo me obligó a más de lo que yo podía dar. Como en todas las ciudades grandes, a la gente se le exige sin mirar mucho al ser humano. No es como en las provincias chicas donde suele haber más consideración con el tema de la responsabilidad, uno no se fija mucho en la cantidad de horas que trabaja. Es tan acelerado el ritmo que una no se da cuenta. Mi trabajo consistía en cuidar a una abuela de 88 años que fue operada de la cadera y es un esfuerzo muy grande. En dos años que trabajo casi no tuve francos y nunca me dieron vacaciones. La verdad es que me sentía muy presionada, incluso los psicólogos le dijeron a mi hija que mi anorexia pudo haber sido también por un pico de estrés muy grande”, reflexionó."Que le sirva a otros"La mujer que posee parte de su familia en Apóstoles ahora espera que se reúna una junta médica para examinarla y decidir el tratamiento a seguir y dónde lo puede hacer.“Me preocupa mucho esta situación porque con mis hijas no tenemos medios económicos como para afrontar un tratamiento costoso. Ojalá esto sirva para que la gente se dé cuenta de que cualquiera puede caer en las garras de esta enfermedad. No importa si uno es rico o pobre”.Su hija Gabriela Barrios contó que al principio no se dieron cuenta de la gravedad del tema: “Creíamos que la comida le caía mal, pero cuando empezó a deprimirse y su estómago ya no resistía ni el agua, decidimos internarla”.¿Qué es?La anorexia consiste en una alteración grave del comportamiento alimentario, que se caracteriza por el rechazo a mantener el peso corporal en los valores mínimos normales. Generalmente la pérdida de peso se consigue mediante una disminución de la ingesta total de alimentos.Aunque los anoréxicos empiezan por excluir de su dieta todos los alimentos con alto contenido calórico, la mayoría termina con una dieta muy restringida, limitada a unos pocos alimentos. Existen otras formas de perder peso, como la utilización de purgas, vómitos provocados o ejercicio físico excesivo.En la anorexia nerviosa se distinguen dos subtipos: el restrictivo y el compulsivo purgativo.El primero describe cuadros clínicos en los que se pierde peso con dieta o ejercicio intenso, mientras que el segundo se utiliza para identificar al que recurre regularmente a atracones o purgas. Los factores causantes de la anorexia son una combinación de elementos biológicos (predisposición genética y biológica), psicológicos (influencias familiares y conflictos psíquicos) y sociales.




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