El 25 de diciembre de 1991, Mijail Gorvachov renunciaba a la presidencia de un país que ya no existía. Al día siguiente, la Cámara de las Repúblicas del Soviet Supremo soviético declara el fin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) a partir de la ratificación del Tratado de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). La creación de la CEI firmó la disolución de la Unión Soviética y, según el actual presidente ruso Vladímir Putin, su propósito fue el permitir un “divorcio civilizado” entre las repúblicas que conformaban la Unión. Desde la creación de la CEI se firmaron numerosos documentos acerca de cooperación económica, defensa y relaciones internacionales entre sus estados miembros. La CEI es una organización supranacional compuesta por diez de las quince exrepúblicas soviéticas, con la excepción de los tres estados bálticos (Estonia, Letonia, Lituania), como así también Georgia, quienes en aquellos días argumentaron que habían sido forzados a incorporarse a la URSS.





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