Pasaron dos años desde que se inauguró la aeropista en Colonia Paraíso que iba a llenar de turistas los Saltos del Moconá. PRIMERA EDICIÓN recorrió la zona hace pocos días y constató que todo sigue igual, abandonada, sin utilidad y en avanzado estado de deterioro.El Gobierno este año realizó las obras pendientes y la casilla que fue construida para una oficina está abandonada. Las malezas avanzan y la supuesta pista solamente sirve como cancha de fútbol de los chicos de la colonia.El 20 de diciembre de 2014, el entonces gobernador de Misiones y actual diputado nacional Maurice Closs, convocó a un mega acto donde anunció la puesta en funcionamiento del emprendimiento ubicado en Colonia Paraíso, a 30 km de la ciudad y a unos 40 de los majestuosos Saltos del Moconá.Según los anuncios de aquel momento, se invirtieron unos 20 millones de pesos. Desde entonces nunca se utilizó y actualmente todo está igual. Los 1.200 metros de pista de tierra colorada están cada vez más desnivelados por la erosión de las lluvias. Ya se puede observar que la tierra compactada comienza a ceder ante el embate del agua. No hubo ningún tipo de mantenimiento para dejarlo operable.El predio de la aeropista tiene el monolito de la placa de inauguración, luego una casilla de madera que fue utilizado como obraje de la constructora que hizo el perfilado y la compactación del terreno. Al costado una casa de mampostería de unos 40 metros cuadrados, que seguramente fue hecha para el uso de las oficinas. Pero adentro no hay nada y se encuentra cada vez más deteriorada, con las paredes sucias y los vidrios rotos.Cerca de esta construcción se observa un “trillo” por donde pasan los vecinos de la zona caminando, en bicicletas o motos. La casilla del cuidador se encuentra cerrada pero mantiene un foco prendido las 24 horas. Para la gente del lugar esta obra es algo que no le cambió la vida, las necesidades básicas no fueron satisfechas. Los problemas de agua y energía son recurrentes y varias familias tuvieron que ser relocalizadas para la obra. PrioridadesLa “aeropista” que permanece inactiva y sobre la que avanzan las malezas en el paraje Puerto Paraíso de El Soberbio se ubica sobre un predio que tiene su propia historia. Tras largos años de conflicto, en 2010 la Provincia expropió once mil hectáreas de la firma Premidia y pagó cuatro millones de pesos para regularizar la tenencia de las tierras que ocupaban unas 800 familias, incluidas las que luego fueron “relocalizadas” en el barrio de viviendas para poder construir la pista de aterrizaje de aviones de poco porte. Entre 2010 y 2013, el gobierno de Closs invirtió 15 millones de pesos para comprar no sólo estas tierras de Premidia, sino también las 3.200 hectáreas de Panambí, las de Wanda, las de Compañía Eldorado y las de Ongay (en El Soberbio). Un total de 18 mil hectáreas ocupadas por familias pobres que necesitaban una solución a su problema de la tenencia de la tierra fueron adquiridas por este mecanismo, en el que se invirtieron quince millones contra los veinte que costaron los 1.200 metros de pista, que todavía pueden salirle mucho más caro al Gobierno provincial si le da continuidad.Es que, según advertía en 2014 el ahora diputado nacional Closs, el proyecto total contempla la pavimentación de la pista, es decir, unos cuantos millones más de inversión a futuro. Paralelamente todavía hay unas 150 mil hectáreas ocupadas en forma irregular por familias que necesitan y esperan una solución.Esta obra es otra de las tantas superfluas que se hicieron en una época de “vacas gordas” como el parque acuático en Libertad, la réplica de las cataratas en Buenos Aires y la aerosilla en el Salto Encantado de Aristóbulo.





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