“Siempre se lo digo a la mayoría de mis compañeros: vivimos rodeados de una exuberante naturaleza, eso nos hace particulares. Por eso estoy convencido que los techos de los taxis tienen que ser verdes”. El autor de la “propuesta” es Víctor Montenegro (36), quien algo sabe de taxis y turistas. Es tachero hace más de 9 años y permanentemente la actividad le permite estar en contacto con viajeros.El vehículo que conduce Montenegro se diferencia del resto porque tiene una particularidad: su conductor adornó el vehículo por dentro con motivos de duendes y ranas de un particular color verde. “Los colores que siempre me gustaron fueron el verde y el rojo. Todo lo que puedo conseguir en esos colores, no dudo. En Misiones todo es verde, los taxis también deberían serlo: hablan de la selva y de la protección de los animales”. En la luneta una leyenda ploteada lo vuelve único entre cientos: “El duende verde”. “A la gente le gusta”“Los clientes que suben al taxi siempre se enganchan y les gusta lo que ven, adentro donde tengo mis duendes, detalles y terminaciones en verde. Todas mis calcomanías son terminaciones en ese color y exaltan la naturaleza local”, dijo el joven a PRIMERA EDICIÓN. “Con taxis verdes, como sello de la provincia, los taxis serían parte del folclore particular de nuestra tierra si es que los techos fueran de ese color y no amarillos como lo son ahora”, argumentó acerca de la curiosa propuesta. Insistió Montenegro: “Si yo pudiera impulsaría un proyecto para que todos los techos de los taxis de Misiones sean verdes, porque la provincia es naturaleza, es verde. Es el color que representa a nuestra selva”. “Se ríen de mí y me dicen que soy un iluso, pero quien dice que no, quizá un día las cosas cambien y se vea el potencial que tienen estos medios de transporte para el impulso del turismo. Sería cambiar la cara de la ciudad, sería novedoso”, aseguró. Para que no queden dudas de sus gustos acerca de ese color, Víctor tiene dentro del taxi un buen número de peluches y objetos de color verde. Principalmente duendes del monte, sapos y ranas. Para el joven, si se impulsa la iniciativa y cobra fuerza, hasta permitiría hacer mejores negocios, inclusive en la mayoría de los emprendimientos del rubro del turismo, “porque van a preguntar por qué verde y cuando sepan que es el color de nuestra selva y de la protección animal se van a interesar mucho más por nuestra provincia”. El apoyo de la familiaSi bien Víctor sonríe, y entre la resignación y la picardía, dice que su familia a veces le discute su afición por el verde, en general lo acompañan y respetan.“Mi señora y mis hijos, cada vez que compran algo para la casa compran de color verde, sin que yo se los pida”, comentó con humor.Tiene dos hijos adolescentes que también lo apoyan y cuando piensan en hacerle obsequios no dudan: los colores deben ser rojo o verde y las figuras favoritas: duendes y ranas, sobre las cuales también tiene una particular visión: “Mucha gente admira o habla exaltando por ejemplo a los cangrejos, pero estos animales caminan hacia atrás, los sapos y las ranas, además de gustarme por ser verdes, me gustan porque van hacia adelante, nos enseñan a avanzar”, reflexionó absolutamente convencido.





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