Un niño de once años debió ser internado en el Hospital de Pediatría de esta ciudad después de tocar una oruga venenosa, lo que le produjo un fuerte dolor en su mano izquierda. Según explicó su padre, Marcos Pryszczuk, el pequeño se encontraba jugando en el jardín de su casa en las primeras horas de la noche de viernes cuando “vino corriendo y decía que algo le había picado. La mamá lo mandó a lavarse las manos rápido. Pensamos que era un bichito como cualquiera y le dimos un Ibuprofeno más un antialérgico que teníamos en casa. No pasó media hora y empezó con más dolores y decía que no aguantaba”.Entonces, la familia salió en búsqueda de atención médica. “Anduvimos por todo Posadas porque nuestra bendita ciudad no tiene guardia pediátrica en ningún sanatorio y el hospital está abarrotado. De igual manera fuimos al Pediátrico y nos atendieron. Igual él no durmió toda la noche de dolor, no había medicamentos que lo calmen”, relató el padre.Luego de pasar la noche de viernes en el hospital, el padre volvió el sábado por la mañana a su casa a buscar el “bichito” responsable del malestar del pequeño. “Empecé a buscar por los datos que él me dio, localicé la planta y encontré cinco gusanos de esos. Capaz habrían más pero fueron los que vi y pude encontrar”. Pryszczuk recolectó tres de ellos en frascos de vidrio y los llevó al hospital para que los médicos le dijeran de qué bicho se trataba. “El médico nos indicó que era una taturana y nos dijo que no había antídoto. Entonces tenemos que esperar nomás con calmantes para tratar de paliar el dolor que siente el nene”.El hombre aseguró que el niño se siente mejor luego de no poder dormir durante la noche a causa del intenso dolor que sentía. “Ahora ya no siente tanto dolor, hay que esperar a ver cómo evoluciona en las próximas horas, pero está un poquito mejor”, indicó y aconsejó, tras el momento que lo tocó vivir, que “los chicos tienen que tener mucho cuidado porque andan por todos lados”. Voz autorizadaEste diario consultó con el doctor Roberto Stetson, jefe del Programa de Animales Venenosos del Ministerio de Salud Pública y una voz autorizada en la temática. “Es un ‘gatinho’”, aseguró el profesional e indicó que no es una taturana propiamente dicha, porque “dentro del grupo de las taturanas tenés varias orugas, una de ellos son los ‘gatinhos’”.Indicó que “en un 50% produce edema y dolor y en otro 50% sólo dolor. Éste se irradia desde el punto de contacto hasta la raiz del brazo o de la pierna, dependiendo del lugar donde se lo haya tocado. El dolor es intenso y puede durar varios días si no se trata, pero hay que aplicarle lidocaina o tratarlo con agua tibia. En el 90% de los casos se trata con agua tibia y pasa el dolor. No es mortal y no necesita internación”.Stetson explicó que “todos esos bichos peludos, varían un poquito, pero abajo de esos pelos suaves tienen púas venenosas que con sólo rozar generan un dolor terrible y es urente, da la sensación de que quema. Entonces la gente se coloca hielo y eso hace que duela más, hay que poner agua tibia”, y agregó que “el veneno es neurotóxico, no es necrosante, no produce necrosis de tejidos”.Indicó que “el gatinho está en todo tipo de árboles y de plantas de jardín”, lo que es cada vez más común porque “antes era una oruga silvestre pero ahora que el hombre desterró los árboles naturales se traslada a las plantas cultivadas”.Para finalizar, remarcó que “es parte del ciclo biológico de una mariposa no muy bonita, en donde la única etapa en que produce accidentes es la oruga durante la primavera y verano o mientras haga calor, y nosotros acá tenemos primavera durante todo el año”.





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