Para los forenses, Carlos Luciano González (39) no murió luego de recibir tres hachazos que le fracturaron el cráneo. Agonizó unos cuantos segundos más, hasta que el asesino lo degolló con un puñal. Ese corte profundo, para los peritos, fue el que le puso punto final a su vida y también al sufrimiento previo.Por ese sangriento crimen hay un solo detenido, quien aguardará el juicio oral tras las rejas. Se trata de un joven de 19 años a quien la Justicia le dictó en las últimas horas el auto de prisión preventiva bajo el delito de “homicidio simple”, por el que podría recibir una pena de entre 8 y 25 años en caso de ser hallado culpable.La resolución fue adoptada por el magistrado Martín Brites, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de la Tercera Circunscripción Judicial, con asiento en Puerto Iguazú, tras lo cual el imputado fue trasladado a la Unidad Penal III del Servicio Penitenciario Provincial, en Eldorado.El episodio tuvo lugar alrededor de las 00.20 del miércoles 14 de septiembre, cuando el cuerpo de González apareció masacrado en una vivienda de las Dos Mil Hectáreas de Iguazú, sobre una cama, en medio de un charco de sangre y con graves lesiones cortantes.El misterio no tardó en resolverse. En realidad, prácticamente no hubo misterio. Es que el mismo imputado quien se presentó ante la guardia de la comisaría seccional Tercera. Allí dijo que había protagonizado una pelea con la víctima, su vecino, y que aparentemente había intentado defenderse. Después, ante la Justicia, resolvió guardar silencio.De las pericias surge que luego de atacar a González con tres hachazos en la cabeza, el joven notó que agonizaba y decidió cortarle el cuello con un puñal para evitarle el sufrimiento. Así apareció el cuerpo del hombre, en una precaria vivienda de madera, en una zona de difícil acceso ubicada a unos cinco kilómetros del centro de Iguazú. La víctima era de nacionalidad paraguaya y se desempeñaba como cuidador de la propiedad. Los motivos de la agresión son, hasta el momento, un misterio. Una de las hipótesis indica que víctima y victimario tuvieron una discusión por cuestiones de ambos jamás resueltas que acabó de la peor manera. Sin embargo, los investigadores no descartan nada. Esa cuestión quizás quede resuelta con el transcurrir de la investigación.





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