Una reformulación temprana de la traza, y un conflicto legal en el que una empresa participante fue sancionada por posición monopólica, fueron algunos de los conflictos que rodearon toda la gestión de esta mega obra destinada a tener un fuerte impacto en la región, por la incidencia del costo del fluido para los hogares y las industrias. Las postergaciones constantes demoraron en exceso las obras y dejaron planteados varios interrogantes, sobre todo en algunos tramos en los que se denunciaron presuntos incumplimientos, todo lo cual, sin embargo, no impidió que el proyecto troncal se licitara y se iniciaran obras en el trayecto que va de Salta, donde ingresa el gas de Bolivia, hasta el Norte santafesino, y que pasa por las provincias de Chaco y Formosa.Ante el cambio de Gobierno, tras las elecciones de 2015, hizo que por decisión de la empresa estatal ENARSA, a cargo de la obra, se suspendieran a último momento las licitaciones en marcha para las obras en el Río Paraná, Corrientes y Misiones.Ayer, según publicó el sitio correntino Momarandu.com, el Gobierno nacional, en base a una decisión del Directorio de ENARSA, encargó una revisión del proyecto que significa, otra vez, una postergación sin fecha de reanudación de la extensión del ducto hacia Corrientes y Misiones. La Sindicatura General de la Nación, órgano de control estatal interno, auditará todo lo ejecutado hasta el momento, “después de constatar que obras contratadas y pagadas no fueron debidamente ejecutadas, entre otras extrañezas”. La revisión, ante las dudas, es oportuna; aunque suena a que otra vez Misiones y Corrientes pagan el precio de su alejamiento del país central que impone sus intereses.





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