Una mujer de 39 años denunció un brutal ataque a golpes y machetazos por parte de su propio sobrino.En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la víctima, identificada como Graciela Lila Márquez, relató que fue tal el sufrimiento que padeció que llegó a desear que el acusado “la mate de una vez para no vivir así”. Graciela afirmó que la agresión fue perpetrada el pasado 13 de noviembre. Por estas horas, la mujer continuaba recuperándose de las graves lesiones en su domicilio del barrio Caballeriza de Oberá. Acerca del hecho, contó que ya había sido amenazada previamente por su familiar. Al parecer, por cuestiones vinculadas a unos terrenos de la zona. “Me tenía prohibido pasar frente a su casa. Éramos vecinos, vivíamos a escasos veinte metros. Ese día por la mañana pasaba con mi madre, cuándo él salió corriendo y nos corrió a pedradas. Luego, con machete en mano, a los gritos decía que me iba a picar en pedacitos. Por la tarde creyendo que ya se habría tranquilizado y por ruego de mi hijo que tenía un cumpleaños acepté llevarlo. Iba con mis dos hijas, mi hijo y una vecina. Cuando llegué frente a su casa, escuché que dijo: ‘parece que no entendiste lo que te dije esta mañana’ y salió a correrme con un machete en la mano”, recordó Graciela. La atemorizada mujer corrió, mientras les decía a sus hijos que se fueran. Entonces tropezó y fue presa fácil. “Empezó a pegarme. Yo no tenía nada en la mano, lo único que hice fue abrazarme a él para que no me corte. En eso llegó mi yerno y le gritó que me suelte, pero no lo hacía, así que tomó una piedra y le tiró, me soltó y cuando intenté correr, me largó el machetazo que me cortó la pierna. Por suerte no fue de lleno sino me trozaba. Vinieron mi papá y mi mamá rogándole que me dejara, pero a ellos también los lastimó”. Tras el salvaje episodio, Graciela contó que estuvo internada cuatro días. Cuando salió, fue a la Línea 137. “Me acompañaron a hacer la denuncia y en el Juzgado de Familia me dieron una orden de prohibición contra el agresor.Una pesadilla que no termina“El sábado pasado a la noche me iba al baño, que lo tenemos afuera de la casa, cuando vi luces de un auto. Eran ellos -el agresor y otro individuo-, sentí tanto terror que no pude moverme, aunque tenía ganas de decirles vengan y mátenme ya, pero no hagan nada a mi familia. Como había quedado con la Justicia, llamé a la policía, pero ellos se fueron antes que llegaran”, contó la mujer. Al otro día, Graciela amplió la denuncia, pero pese a ello, aún no hay detenidos. “Vivo aterrorizada, prefiero que me maten. Estoy encerrada, temo más que nada por mi familia, mis hijos y mis padres. No puedo trabajar, no puedo salir, vivo de la poca ayuda que me pueden dar mis padres. No tengo dinero ni para el remis para ir al hospital a sacarme los puntos, no puedo vivir así”, manifestó.





Discussion about this post