El trabajoso trámite para la aprobación del proyecto oficial para la reformulación del Impuesto a las Ganancias, una de las tantas promesas electorales que el gobierno de Mauricio Macri no logró llevar a la práctica en el que en pocos días más será su primer año de gobierno; y el revés sufrido en la reforma electoral presentada al Congreso, definen los aires que soplan en la escena política.Sectores de la oposición que hasta ayer se mostraban dispuestos a resignar más de lo admisible en aras de la gobernabilidad, parecen hoy decididos a recuperar el rol de oposición ante la inminencia de un fin de año que inclinará la cancha, definitivamente, hacia las elecciones de medio término. Lo que se elegirá en 2017 será definitorio en muchos sentidos, y permitirá al Gobierno medir en las urnas un nivel de aceptabilidad que hoy se considera saludable, pero de ninguna manera superavitario o excesivo en cuanto a las necesidades de asegurarse un futuro político sustentable. Según lo expresara el economista Jorge Vasconcelos, vicepresidente del Ieral de la Fundación Mediterránea, en una reciente conferencia en Posadas, el Gobierno nacional cuenta con una base social significativa a pesar de haber tenido que tomar medidas antipopulares, como las subas tarifarias, lo cual se ve como un punto a favor nada despreciable. Pese a esta relativa holgura, la situación está lejos de ser la ideal en términos electorales, y por ello el foco de atención se traslada hoy de las acciones del Ejecutivo al Congreso y, paralelamente, de la política a la economía. En muchas áreas y sectores de la economía sienten que el balance anual les será desfavorable y piden correcciones de rumbo. El dirigente de la UIA José Urtubey, anticipó que la industria cerraría el año con una caída del 5,1% interanual y definió una situación crítica que no impacta únicamente en ese sector: Instó al Gobierno a “dejar de combatir la inflación en detrimento del mercado interno” y pronosticó un 2017 “difícil y con muchos desafíos pendientes”.
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