Este martes comienza el juicio contra un hombre de 39 años, acusado de abusar sexualmente de sus tres hijas, cuando tenían 10, 13 y 15 años. El debate será a puertas cerradas en la sala de audiencias del Tribunal Penal 1 de Oberá. Fuentes judiciales indicaron que se espera la presencia de varios testigos, entre ellos, familiares de las víctimas, quienes deberán comparecer ante los magistrados Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Lilia Avendaño.El acusado, quien fue detenido a mediados de 2015, está imputado por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y el aprovechamiento de la convivencia preexistente, dos hecho” y “abuso sexual simple agravado por el vínculo y el aprovechamiento de la convivencia preexistente, todo en concurso real”. Durante la instrucción no se pudo determinar en qué momento comenzaron los sometimientos, golpes y humillaciones, pero todos ocurrieron en la vivienda familiar de la localidad de Campo Viera, cuando la madre de las niñas salía rumbo al trabajo. De la investigación surge que la primera de las víctimas fue la hija mayor. Cuando tenía 15 años, su propio padre la golpeó y violó en reiteradas oportunidades en una de las habitaciones de la casa. Los resultados médicos constataron los abusos, que se mantuvieron en secreto durante largos meses, principalmente ante las amenazas del hombre de acabar con la vida de la pequeña si contaba lo que ocurría. Atacó a la más chicaLamentablemente, poco después el depravado, de ocupación empleado, fue contra su hija más pequeña, de apenas 10 años.También la golpeó, la obligó a ingresar a uno de los dormitorios de la propiedad y allí abusó sexualmente de ella. Lo hizo en más de una oportunidad. Y para que no diga nada, la amenazó. Al igual que a su hija adolescente, le manifestó que la golpearía mucho más si decía algo de lo ocurrido a alguna persona. Las dos menores no dijeron nada por lógicas razones. Finalmente, el depravado fue contra la hija de 13 años. De acuerdo a la investigación, a la adolescente la manoseó y golpeó, pero no alcanzó a accederla sexualmente, según las pericias que constan en el expediente.Un día, finalmente, las nenas no soportaron más los maltratos y abusos y pidieron ayuda a su madre. La mujer, al conocer lo que ocurría cuando no estaba en la vivienda, quedó horrorizada. No dudó y denunció al depravado en la dependencia policial de Campo Viera.De inmediato, el hombre fue atrapado y trasladado a un calabozo. Ahora deberá responder ante la Justicia por las violaciones, golpes y amenazas que ejerció, sin piedad ni misericordia, sobre sus tres pequeñas hijas.





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