Sin dudas que éste dato confiado por los propios alcaldes a PRIMERA?EDICIÓN en un relevamiento de esta semana, es un signo de la crisis económica y sus consecuencias en las distintas zonas de nuestra provincia.Entre los factores que inciden están el desempleo (San Ignacio por ejemplo relevó que tiene 35%) o el empleo en “negro” que no permiten a miles de misioneros llevar el pan a la mesa; el asalariado privado o público al que no le alcanza para llegar a fin de mes (recientemente el Indec ubicó a Misiones como una de las jurisdicciones donde se perciben los salarios privados más bajos del país); el peso de la inflación de este año que encarecieron la canasta alimentaria; la pobreza y la indigencia efecto de muchos de los factores mencionados; entre otros.En el Norte aseguran que el cierre de aserraderos está complicando la situación social de decenas de familias. En otras zonas el problema está en los tareferos de la yerba mate. Pero, el principal sufrimiento, es el de los niños de esos hogares humildes con padres sin posibilidad de alimentarlos que van a golpear puertas para conseguir alguna ayuda en las comunas.Por ello será que organizaciones sociales salieron a abrir merenderos, el Estado más comedores en las principales ciudades, a la espera de la tan promocionada reactivación de una economía en recesión.Sólo un intendente, el de Apóstoles, aseguró que el incremento en la AUH y otros planes y programas nacionales, trajeron algo de alivio a la carga de responsabilidades del Estado municipal en el tema socio-económico.Ahora, el enfoque está puesto en el verano, donde la administración pública trabaja reducidamente. Pero el hambre y las necesidades de la gente son las mismas o mayores. Será bueno que haya previsión y planificación.




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