“Cuando 50.000 migrantes se agolparon en el puesto fronterizo de Kapikule (frontera turco-búlgara) ustedes pidieron ayuda. Y empezaron a preguntarse: ¿Qué haremos si Turquía abre sus fronteras?”, dijo Erdogan. “Escúchenme bien. Si van más lejos, esas fronteras se abrirán, métanse eso en la cabeza”, añadió el presidente en un discurso en Estambul. El pacto con Turquía sobre los migrantes permitió reducir a tan sólo unas decenas el número de personas que llegan a diario a las islas griegas del Egeo, frente a las miles que lo hacían durante el verano boreal de 2015. “Consideramos el acuerdo entre Turquía y la Unión Europea como un éxito común y la continuación de ese acuerdo interesa a todos”, declaró Ulrike Demmer, la portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel. “Las amenazas de ambos lados no llevan a ningún lado”, añadió. Las relaciones se tensaron en las últimas semanas entre Ankara y Bruselas, que acusa a las autoridades turcas de reprimir a la oposición tras el intento del golpe de Estado en julio. Este aviso se produce a pocos meses de las elecciones presidenciales en Francia y federales en Alemania, donde la cuestión migratoria tendrá seguramente un papel central. Grecia reaccionó dando muestras de preocupación y su viceministro de Defensa, Dimitris Vitsas, declaró que la instrumentalización de los refugiados equivaldría a un “acto de agresión”.Turquía, que ha acogido a unos 3 millones de refugiados, en su mayoría sirios, acusa a los países europeos de no enviar la ayuda financiera prometida para la acogida de refugiados, una afirmación desmentida por Bruselas. Además, Erdogan repitió que promulgaría la reinstauración de la pena de muerte, abolida en 2004, si los diputados así lo votaban, a pesar de las advertencias de los dirigentes europeos, que juzgan esta medida incompatible con una adhesión a la UE.Fuente: AFP-NA-Télam





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