El tanque de agua y lavadero público construido en la década del 50 para solucionar la falta de agua potable en la zona costera de Posadas fue puesto en valor tras una intervención de la Comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos de Misiones en una tarea conjunta con la Municipalidad de Posadas. Esta revalorización del patrimonio histórico de la ciudad tuvo lugar el jueves sobre avenida costanera y Catamarca.Graciela de Kuna, directora del proyecto de investigación del Movimiento Moderno en Misiones, de la Unam, e integrante de la Comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos, explicó que esta estructura tiene que ver con los orígenes de Posadas, con los primeros tiempos, cuando la capital era un “pueblito”. “Vimos que podía ser un hito interesante para generar un espacio alrededor que tenga que ver con el recuerdo, la memoria, la historia de la ciudad. Un elemento más”. Indicó que la comunidad tiene la costanera, en proceso de ser “tomada” por la población desde el punto de vista del uso, de la memoria, que son “cuestiones para que trascienda una obra de ingeniería, que se apropie la población y que no sea sólo un elemento de circulación vehicular, sino un lugar de uso, de intercambio, de encuentro. Son mojones urbanos porque son un punto de referencia alrededor del cual se puede establecer la vida social, urbana”.Se encuentra sobre una bajada peatonal “por eso nos parece interesante porque es una mirada distinta de la ciudad. En lugar de hacerlo vehicularmente, en un recorrido más rápido, lo peatonal permite relacionarse de manera distinta, más cercana con los bienes, las cosas, los elementos, el paisaje, con la gente. Esto se puede transformar en un mojón, un hito urbano, donde la gente se referencie”.Confió que la obra estaba bastante bien preservada pero que la gente pasaba al lado y no hacía conciencia de lo que significaba. “Y esto de poner luz sobre determinados lugares -lo que se llama visibilizar-, tiene que ver también con el uso social del patrimonio porque esto es patrimonio por más que no esté protegido como tal. De todos modos, el uso social, la selección que la gente hace de sus bienes es muy importante. Eso hace a la identidad”, señaló la arquitecta, quien particularmente se interesa por el tema identitario de los comienzos de la ciudad: la Bajada Vieja, el recorrido de la costa, el tipo de viviendas que se levantaban, que llevan a recordar a la Posadas del ayer. Para de Kuna “hubiera sido una pena que se perdiera. Se dio visibilidad a través del tratamiento costero pero mucha gente pasó al lado de este elemento y no se dio ni cuenta de que existía. El tema que cumpla un nuevo ciclo en relación con la población nos parece pertinente y que tiene que ver con uno de los temas del patrimonio, que es el uso social del patrimonio. Es decir, que no sea un elemento separado de las poblaciones sino, por el contrario, muy en relación con ellas”. Y quien guste el turismo histórico tendrá otro punto de referencia. “Me interesa mucho el orgullo de la pertenencia, de ser misionero, posadeño, estar orgulloso de donde uno vive, de los bienes que tiene. Cuando uno está orgulloso del lugar donde vive, le pone ficha. Cuando no lo está, se quiere ir lo más rápido posible, no quiere dejar rastros ni establecer contactos. El tema del patrimonio en relación con el orgullo nos parece relevante porque es como decir: mirá desde dónde venimos y hasta dónde llegamos. Si pensamos en el origen, en la Bajada Vieja, el Mensú, desde todos los aspectos, estamos infinitamente mejor que antes. Eso me parece relevante. Tiene que ver con que las poblaciones se entusiasmen por lo que están haciendo”, aseveró.Rico patrimonioSegún De Kuna, el Colegio de Arquitectos es un organismo que apoya estos eventos. “Tratamos de visibilizar estas cuestiones. La gente no se da cuenta del rico patrimonio que tiene no sólo Posadas sino la provincia entera. Misiones tiene un patrimonio destacado, no sólo lo jesuítico sino también porque la inmigración montó una cantidad de viviendas de distinto tipo porque vienen de distintos orígenes, las capillas de madera, las uniones sin clavos”. Esta construcción, en particular, se remonta a principios del siglo XX, en momentos que el uso del espacio público era distinto al de ahora. “El río era un espacio público y era muy distinto el uso que tenía al que tiene en la actualidad. Es como referencia histórica de lo que fuimos y de donde estamos ahora”, remarcó.“Nos parece que esas cuestiones se deberían visibilizar para que las poblaciones se den cuenta lo que tienen y las cuide por lo tanto. Nos interesa el uso social. Que las poblaciones se acerquen, lo usen y lo cuiden”, insistió.





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