Hace meses, la plaza 9 de Julio se llenaba de usuarios de la deficitaria Electricidad de Misiones Sociedad Anónima (Emsa) reclamando contra un "tarifazo" del que la gestión del clossista Sergio “Piti” Ferreira culpaba al Gobierno nacional. La revelación sobre los gastos expuestos en los balances de la empresa estatal de energía dejan en claro los desmanejos que existen en Emsa en materia de gastos, personal y otros items que no permitieron -ni lo permitirán mientras no se adopten medidas- equilibrar las cuentas y provocan que el Estado como dueño (con el dinero de la recaudación de impuestos que pagan los propios usuarios de este servicio monopólico) deba seguir aportando decenas de millones de pesos para que nada cambie.Apenas una comparación, deja ver que los costos de la energía que Cammesa le vende a Emsa son ínfimos en el rojo (casi morado) del déficit de la gestión Ferreira. La energía sólo implica el 11% de todo lo que Emsa gasta por año. Repasemos los números durante 2015: se compró energía por 173 millones de pesos y las ganancias obtenidas por esa venta fueron de 691 millones. Sin embargo, los gastos en personal, mantenimiento y vaya a saber cuántos otros más treparon hasta los 1.589 millones de pesos, casi diez veces el valor que pagó por la energía. Por eso, <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/234152/si-la-nacion-regalara-la-energia-emsa-podria-reducir-solo-un-11_por_.html">en el Diario de hoy nos planteamos qué pasaría con la tarifa</a> si la Nación -por ubicación geográfica, por una compensación o reparación histórica- decidiera darnos energía a costo cero (cosa que esta muy alejado de suceder). Sería apenas un 11% más barata para los usuarios porque sino Emsa no tendría cómo seguir manteniendo una estructura deficitaria como la actual.En los años anteriores, 2013 y 2014 la proporción fue parecida: en 2013 compró energía por 157 millones, la vendió a 570 millones pero tuvo gastos por 927 millones. Y en 2014 adquirió energía por 145 millones, la vendió a 680 millones, pero los egresos se dispararon hasta los 1.163 millones.El arrastre deficitario se agrava. Y no hay decisión política de poner seriedad en el control. Ejemplo de ello fue la anunciada auditoría a Emsa que, con el correr de las semanas se convirtió en un concurso sectorizado para profesionales de las ciencias económicas y se terminó alejando de un verdadero estudio de las finanzas de la empresa.




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