Es cierto que matemáticamente nada se define el próximo martes en San Juan, pero el problema radica en cómo se pueden conseguir los tres puntos con un equipo que no transmite, que está desorientado y que no encuentra la luz que lo guíe."En estos últimos partidos que no se nos dieron los resultados nos pasó de no saber a qué jugamos, de desordenarnos muy rápido, en la mínima descontrolarnos", esas palabras de Lionel Messi, el capitán, abren muchas aristas.Porque los jugadores se encontraron con un Bauza que no era lo que pensaban, ese metódico entrenador al que el trabajo en diferentes clubes lo catapultó a la Selección sin nunca haber dirigido ni conocido el fútbol en Europa.Pero, como se dijo hasta el hartazgo, la Selección no es un club y hay que estar preparado para ponerse frente a los jugadores consagrados y llegar con un mensaje, sea cual sea.Acá no discutimos de tácticas ni, hasta si quieren, de nombres propios. Hoy hay que hablar de la prestancia y de cómo los jugadores tratan de interpretar dentro de la cancha lo que el entrenador les pide en el vestuario.No se sabe quién es el líder, y cuando no hay brújula, se navega sin sentido. Argentina puede clasificar al Mundial de Rusia por alguna genialidad de Messi, como ocurrió ante Uruguay en el debut de Bauza, pero se necesita algo más.Van cinco partidos con el "Patón" a cargo del equipo, que jugó 4-2-3-1, jugó 4-4-2 en Brasil para estar más contenido, pero no consiguió resultados. Un triunfo ante Uruguay, empates ante Venezuela y Perú como visitante, y las caídas con Paraguay y la verdeamarelha.Bauza sabe, y ya se lo dijo a su círculo íntimo, que el partido con Colombia es el límite de una Era que no arrancó. Porque después de ese partido van a quedar seis fechas y todavía se puede encarrilar el rumbo, pero no quiere ser él quien firme el papelón de no llegar al Mundial.Fuente: Agencia de Noticias NA





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