La denominación “Kolomeia”, viene como homenaje a la ciudad homónima en Ucrania, centro de la región de donde vinieron los inmigrantes ucranios a Misiones y muy relacionada con ese ritmo musical tan difundido que es la “kolomeika”.Desde sus inicios, la entidad se preocupó -y así se indicó a cada uno de los directores-, por rescatar siempre lo más auténtico del folklore ucranio, respetando la música y las vestimentas de cada una de las regiones. Fue así que en diferentes oportunidades, se contrató o bien se logró en base a la generosidad de otras entidades, la presencia de bailarines y coreógrafos de Ucrania y de otras partes del mundo, quiénes le dieron un perfil propio al cuerpo de danzas.La calidad artística le valió llegar a afamados escenarios de Misiones, diferentes provincias argentinas, Paraguay, Brasil y se constituyó en el primer ballet del país en presentarse en Ucrania. Kolomeia tuvo la enorme satisfacción de ofrecer allí su espectáculo en Ucrania en dos oportunidades (1998 y 2013) logrando una excelente crítica de especialistas y de la prensa de ese país.Kolomeia tiene mucho para festejar: cumple 30 años y lo hará ofreciendo un espectáculo, compartiendo escenario con el grupo Solovey, de la ciudad brasileña de Canoas y también una animada presentación de “antiguos” bailarines. La apertura estará a cargo de los grupos Zirka y Beceli Chase. Todo esto sucederá el sábado 12 de noviembre en la sede de la Asociación Ucraniana “27 de Agosto”, ubicada en Perito Moreno 5275, de la ciudad de Posadas.El trabajo: la formaciónEl éxito de este cuerpo de danzas, más allá de la capacidad de sus directores y bailarines, también está ligado al proyecto de la institución. En este sentido, en la misma entidad y casi en simultáneo con la creación de kolomeia se comenzó a trabajar con los niños de 3 a 14 años, -Zirka- (estrellas) los que con el tiempo se transformarían en integrantes del ballet mayor. Incluso para quiénes, dejan por cuestiones de edad, tiempo y físicas, tienen su espacio en el cuerpo de danzas “Beceli Chasè” (tiempos felices), reservado para quienes desean seguir danzando. Ricardo Hardaman, presidente de la ACU, recordó que en distintos períodos“el ballet fue siempre una prioridad. Muchas veces resignamos obras en la sede social para brindar las herramientas y comodidades para el desarrollo de esta actividad, aunque debo reconocer que en cada tiempo, cuando hubo que colaborar, los jóvenes bailarines siempre pusieron el hombro y así se lograron grandes cosas”.Jorge Balanda, el primer director del conjunto, señaló que “el sueño no fue crear o fundar este espacio, el sueño era permanecer y ya pasaron 30 años. Esto quiere decir que se hicieron bien las cosas tanto desde la institución como cada uno de los integrantes en las diferentes épocas. En estas tres décadas pasamos momentos inolvidables y estoy seguro que quién paso por este grupo tiene en su corazón un espacio especial para el tiempo de “kolomeia”. Jorge Briski, ex titular de la asociación capitalina, fue uno de los que integró la primera camada allá por 1986. “Kolomeia es parte de mi vida, fui parte de la primera generación y hoy son mis hijas las que lo integran. Los mejores recuerdos de los años juveniles los tuve en el grupo y estoy orgulloso de haber pertenecido, aunque creo, sigo perteneciendo, sigo siendo Kolomeia”, destacó. Pedro Guidura, ex director del ballet que hoy encabeza la comisión directiva y es acompañado por la casi totalidad de ex bailarines de distintas épocas. “Creo que kolomeia fue más que un grupo de danzas, nos brindó un espacio, amigos, familia y grandes momentos cuando llegábamos con nuestras danzas a los espectadores. Así como lo hicieron las anteriores conducciones, la que hoy me toca encabezar seguirá sosteniendo este proyecto, porque no solo se trata de difundir la cultura de nuestros abuelos, se trata de contener a casi un centenar de jóvenes y niños con actividades sanas y familiares”, subrayó.Desde hace algunos años, Eber Ulises Casco, un chaqueño que se enamoró de la danza ucraniana es miembro activo del ensamble. Llego como bailarín clásico profesional, logrando en poco tiempo incorporar las técnicas del folklore ucraniano. Hoy es el director-coreógrafo de Kolomeia. Para el joven el cuerpo de danzas “es pasión, contención, que me brindó libertad y cubre mis necesidades artísticas. Jamás voy a olvidar las funciones en Ivano Frankivsk y en la ciudad de kolomeia, (Ucrania) sentí como nunca lo que estaba interpretando”, sostuvo. Fue muy claro al referirse al objetivo: “La idea siempre fue y sigue siendo respetar la cultura ucrania de la manera más apropiada y correcta”, dijo. Y como la meta requiere sacrificios, Ulises Casco viajará en enero de 2017 a la ciudad de Kiev, donde realizará un curso intensivo en la academia del Ballet Virsky, el grupo folklórico más importante de Ucrania y conocido en el mundo entero. Vale destacar que en el 2014, había participado junto una instructora de los grupos infantiles, de una clínica dictada por profesores de la misma academia pero en la ciudad de Curitiba (Brasil).





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