El Padre Pio de Pertrelcina acostumbraba decir a sus amistades “cuando tenga usted necesidad de mi corazón, diríjase usted a mi ángel de la guarda por intermiedio del suyo”. Cuando los ángeles custodios están en relación con hombres que buscan -en primer lugar- el Reino de Dios y su Justicia, se manifiestan como la conducta de su hijo o por los peligros actuales o por temor a que pierdan su fe o sus valores humanos. A veces no puede actuar a través de esta “red de comunicaciones invisibles del mundo angélico” como la llamaba el Papa Juan XXIII.El Papa Pio XI tenía una devoción particular con su Ángel de la Guarda y un vínculo muy estrecho basado en el amor y en el servicio.Tanto es así, que se sabe que aconsejaba a monseñor Roncalli, basado en su propia experiencia, a que recurriera a la mediación de los Ángeles Custodios antes de entablar conversaciones diplomáticas difíciles. San Francisco de Sales también al subir al púlpito, hacia una pausa para pasear sus oyentes, rogándoles que dispusieran favorablemente a sus protegidos para la liturgia.Todos estos notables hombres de fe, entre otros, profesaban gran veneración a los alados guardianes de nuestras almas y, en general, en los primeros tiempos del cristianismo se les rendía culto y veneración, pero se carecía de una fecha conmemoratoria para celebrar la fiesta de todos los Ángeles. Fue en España donde, por primera vez, se celebró en honor a ellos una fiesta particular. Francia, también siguió ese ejemplo y el fin es que, en 1670, el Papa Clemente X decretó una fiesta general para celebrar el día de los Santos Ángeles Custodios el 2 de octubre. En 1795 el Papa Pio VI, el mismo día 2 de octubre, acordó una indulgencia de cien días a todos los que profesaban para honrar a su Ángel Guardián e implorar su asistencia. “Rezarán la siguiente oración: `ángel de Dios, mi fiel guardián, encargado de mi conducta, ilumíname, guárdame, dirígi mis pasos y sé mi guía”.Los que la practicaren por la noche y al levantarse, estarían protegidos y les sería otorgado por Dios Padre una indulgencia plenaria el día de los Ángeles Custodios. El Papa Pío VI aseguró también una indulgencia plenaria en favor de todos aquellos que durante toda su vida rezaren a menudo esta oración.La religión católica nos enseña que recibimos nuestro Ángel Guardián en el momento de unción cuando somos bautizados. La existencia de los Ángeles CustodiosEn metafisica sabemos que el Creador de todo bien nos entrega un Ángel de la Guarda desde el momento mismo en que salimos de la chispa divina y comenzamos a evolucionar como almas. Éste Ángel Custodio nos acompaña durante los miles de años que dura nuestro ciclo evolutivo, para retornar perfeccionados al Padre. Siempre, en cada vida, nos acompaña el mismo Ángel Custodio, no importa qué experiencia de vida nos toque aprender en cada encarnación, si creemos o no en él, siempre estará con nosotros irradiando paz, sabiduria, protección. “Es el caso de prisión por amor que no tiene paralelo”, pues ha sido enviado para servirnos y si nosotros no invocamos su ayuda, no lo honramos, no le pedimos lo que necesitamos, no valoramos la obra del Creador, estamos impidiendo a nuestro Ángel Custodio de cumplir el mandato divino por el cual fue enviado: asistirnos siempre en todo lugar y propiciar nuestra evolución espiritual.Colabora: María Ysabel LeyesTambién en [email protected]





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