El economista Juan Carlos de Pablo estuvo en Posadas en el marco del <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/232962/analizaron-la-situacion-inmobiliaria-en-latinoamerica-y-sus-principa.html">Congreso Latinoamericano Inmobiliario</a> y dialogó en exclusiva con PRIMERA EDICIÓN acerca de la situación económica del país. Consideró que no se deben poner plazos ni expectativas inflacionarias porque la Argentina es un país “no cíclico, sino ciclónico” y todo cambia permanentemente. Por otra parte, respecto a la llegada de las inversiones, dijo que “no hay ningún producto a precio de liquidación en Argentina” pero además de eso “el empresario es un tipo viceral, las inversiones van a venir cuando vean que pueden hacer negocios, si no ven los negocios no vienen”.¿Cuáles fueron los cambios más significativos este último año?Se hicieron cosas que se debían hacer, salir del cepo como fuera, se salió bien; hay una manera del tratamiento con el sector privado totalmente distinta; el sector agropecuario se sacó de encima un Gobierno que se la tenía jurada en el aspecto personal; y por lo demás, esto es Argentina, un país absolutamente politizado con una herencia muy fuerte y un estilo de Gobierno muy centralizado. Estamos viviendo una situación intermedia, no estamos ni en el desastre de 2001 ni en un boom.Hubo ajuste también…En Capital Federal, desde la salida de la convertibilidad, los precios se multiplicaron por diez y la tarifa no. Así que el gradualismo quiere decir que, en tres oportunidades, te aumentó los precios cuatro veces, eso es gradualismo. Yo cruzo toda la Capital en subte por seis pesos pero para tomar un café en el boliche de la esquina tengo que pagar 35 pesos, entonces algo no anda bien. Se armó todo un lío, más formal que otra cosa, porque no se llamó a audiencia pública para subir las tarifas pero el 80% de la gente que recibió la boleta de gas la pagó con aumento, sin hacer problema. La gente votó esto. ¿Cómo corregir esta diferencia de precio?Aumentándolo. La gente lo sabe, mi tía lo sabe. Acá hay mucha gente que dice pavadas, que no se puede pagar la suba, que se están muriendo de hambre. El sinceramiento es elemental. Uno debería hablar claramente y decirle a la gente: “¿usted quiere que se le corte la luz como en la década del 80? No. entonces pague”. La gente lo sabe, la pavada está en los medios de comunicación.A Misiones le toca una diferencia de precios con Brasil y ParaguayTiene que ver con políticas cambiarias, que no se deben hacer por cuestiones limítrofes. Entonces las zonas limítrofes tienen esto, a veces vienen todos a comprar acá y otras veces vamos a comprar allá. Se vive así. Hay que acostumbrarse. Alguna vez dije hay que volar el puente, pero no hay otra. No se me ocurre otra. Alguien podría decir “bajemos los impuestos locales en todos los sectores que compiten con las exportaciones”. Bueno, es una posibilidad.La inflación estimada para 2017 parece difícil, ¿cree que se va cumplir?A la meta no hay que darle importancia. A lo que se puede dar importancia es al límite nominal que fijó de aporte el Banco Central al tesoro, este año 180 mil millones de pesos y el año que viene 150 mil millones a pesar que los precios van a aumentar. Eso es un límite nominal. Eso tiene más valor.¿Qué piensa del endeudamiento: consecuencias y beneficios?A mi me preocupa, sobre todo cuando Luis Caputo, número 2 de Economía dice que a él no le preocupa. La historia argentina dice que vos arrancas con relación deuda-PBI bajita y le dan para adelante. Pero no se puede esperar que los bancos tengan razonabilidad. Alguna vez leí que uno no puede preguntarle al peluquero si es necesario un corte de cabello porque la respuesta es obvia. Los bancos con el endeudamiento responden que sí, qué otra cosa van a responder. Ahora, el otro día fue noticia Santa Fe porque se endeudó a 6,9% anual, los otros se endeudan arriba de 8%. Si vos podes pagar fenómeno, pero si no podes pagar se complica. Pero tampoco se puede decir “no nos endeudamos” sin ofrecer otra solución; y las otras soluciones son ajuste fiscal o emisión monetaria. Alguna de las tres decisiones se debe tomar.Las inversiones no aparecen y se abre un blanqueo…El grueso de la inversión la hacemos los argentinos. Las razones de la inversión son la misma para nacionales y extranjeros. Primero de todo: no hay activos a precio de liquidación, no hay bienes baratos en Argentina. Entonces uno tiene que venir a ver impuestos, el mercado. Los argentinos a los extranjeros le tenemos que decir “si querés venir, veni”, pero no nos tenemos que bajar los pantalones para que ellos vengan porque sino, no nos queda nada a nosotros. Algunos van a venir, otros no.La licitación para generar energía eólica y solar funcionó. Muchas de las cosas que se dicen, que no vienen por la seguridad jurídica, son racionalizaciones de pseudo expertos. El empresario es un tipo mucho más viceral, si ve que puede hacer negocios viene, si no hay negocios no viene. El año pasado faltaban dólares y ahora sobran. ¿Eso no favorece a la competitividad?Argentina es un país ciclónico, no cíclico. El año pasado si comprabas dólares eras un traidor a la patria. Ahora dicen “señor por favor, compre dólares”. Se dio vuelta la tortilla, no tanto de expectativas genuinas en cuanto a especulación financiera de un sector privado y endeudamiento del sector público. En el corto plazo probablemente este Gobierno no tenga vocación de atraso cambiario, pero en la práctica hay que elegir: eligieron bajar la tasa de inflación y eso genera atraso cambiario. Me temo que en el corto plazo el problema continúe.¿Se recupera la economía el año que viene?Los plazos que pone el Gobierno no tienen valor. Todos los presidentes del mundo dicen que las cosas van a mejorar. Yo vivo peleado con muchos de mis colegas porque venden buzones. Alguna cosa va a mejorar, alguna va a empeorar. La historia argentina es ciclónica. A mis alumnos de la universidad les digo: “De acá hasta que se reciban van a pasar un millón de cosas y tienen que estar atentos”. Tengo que enseñarle a estar alerta para el pelotazo, que no se sabe de donde viene. Argentina es así, todo el tiempo a los pelotazos.





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